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General: SERVIR ES REINAR
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Caroly  (Mensaje original) Enviado: 21/11/2011 18:08
 

 C
 
Servir es reinar
 
 
C
Con la fiesta de Cristo Rey terminan los
 domingos del año litúrgico.
 Como decía Juan Pablo II, esta solemnidad
es “como una síntesis de todo el misterio salvífico”.
 
Cuando el papa Pío XI instituyó esta fiesta,
 lo hizo para mostrar a Jesús como único
soberano ante una sociedad que parecía
 querer vivir de espaldas a Dios.
Hoy también queremos expresar
que Jesús debe ser soberano
 total para cada uno y para la sociedad.
 Claro que su reino no quiere
 ser de fuerza y poder, sino
 de bondad y amor.
 
La palabra “rey” tiene hoy
 muchas connotaciones.
 Nosotros nos atenemos al sentido antiguo
 y total, ya que aparece muchas
 veces en la Sagrada Escritura.
 Jesús desde el principio predicaba
 sobre el “Reino de Dios”
 o de los cielos.
Y muchas veces tratamos de las
 diferentes cualidades de ese
“Reino”, según nos enseña Jesús.
 
Lo cierto es que Él se tenía
 por rey. Así se lo dijo a Pilato:
 “Yo soy rey”. Pero a continuación explicó
que su reino no es como
 los de este mundo.
 En la historia ha habido grandes
 errores al querer convertir el
 reino de Jesús a la manera
 del mundo. Y a veces en el
 nombre de Cristo se han justificado
 crímenes y victorias materiales de
 unos sobre otros.
 Pero el Reino de Dios es la
 victoria sobre la opresión y la muerte
por medio del perdón.
 Es fundamentalmente un reino
 de amor. Hoy se nos dice la manera
 de entrar en el Reino de Dios:
 por medio del amor.
 
En la Última Cena Jesús hacía
 la distinción de los dos reinos y decía:
 “Los reyes de la tierra dominan sobre las
 personas”; pero Él estaba en medio como
 el que sirve. Y les decía a los
 apóstoles que quien quiera ser el
 primero, que se haga el último, el esclavo
 de todos. Bien podemos decir que en
nuestra religión “servir es reinar”.
 
Cristo es nuestro rey, porque es el
 único que nos ama de una manera total.
Y por lo tanto es el único por
 quien vale la pena entregarse en
 cuerpo y alma. La mejor forma de
honrar a Jesús es imitándole en su actitud
de servicio hacia la humanidad.
Y como es Dios, rey dueño de
 todo, un día nos juzgará sobre
 nuestras obras en la vida.
 Dios es tan bueno que nos da la
 oportunidad de poder ganar
con nuestros méritos la alegría
 eterna. Pero también corremos el
 riesgo de perderla. Hoy en el
 evangelio nos cuenta de qué nos
 va a juzgar aquel día. Es algo muy
 serio y de vital trascendencia.
 
Jesús nos juzgará no sobre las
 ideas y las palabras, ni siquiera
 sobre las prácticas religiosas,
 aunque pueden ser muy buenas,
pues nos ayudan a conseguir lo
 principal que es el amor.
  Hoy nos dice el evangelio que nos
 juzgará sobre las obras que hayamos
 hecho o dejado de hacer en cuanto
 a la caridad: las obras de misericordia.
Y lo más impresionante es que Él,
siendo juez, se identifica con los
pobres y necesitados.
 Por lo tanto las obras que pueden
 salvarnos son las obras de amor.
 Esto sirve para los cristianos y
 para todos los pueblos.
 
Por eso, aunque hagamos
 cosas maravillosas, en el sentido
 material y humano, si no lo hacemos con
amor y para el bien de los demás, no
 nos servirán. Así que las obras de
 misericordia no es algo que debamos
 hacer, cuando no tengamos otra cosa
 importante que hacer.
Es lo más importante. Es la manera
 de corresponder al inmenso amor de
 Jesús, porque en el necesitado está Jesús.
 Y cuando se habla del necesitado, no es sólo
 en el sentido material. Hay otras
 muchas necesidades, psicológicas
 y sobre todo espirituales.
 Por eso todos nos podemos ayudar,
aunque uno crea que es un pobrecito.
Siempre puede ayudar a otros.
 
Jesús no nos pide un amor idealista,
 sino efectivo, traducido en obras
concretas. Haciendo el bien es como
 podemos hacer que el Reino de Dios sea
 apetecible. Todos estamos obligados a
extender el Reino de Dios.
 Es difícil ir a predicar a otros lugares;
pero sí podemos hacer el bien, entre
 nosotros, en la misma casa y en la familia…
 Y el Reino de Dios, que es de paz, de justicia,
de vida y verdad, se habrá extendido.
 Que Cristo reine en nuestras personas
 y, por el amor, se irá extendiendo.

P. Silverio Velasco
 
 
 
 



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De: Dios es mi paz Enviado: 22/11/2011 15:07
 
 
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