¡PRIMEROS AUXILIOS.!
Entre la variedad de roles de género que por naturaleza humana y por derecho propio le corresponden privilegiadamente a la mujer de nuestro mundo, no sólo encontramos a la doctora o la enfermera personal de casa, sino la que, además de curar raspones en las rodillas, también alivia y cura las heridas del corazón de nuestros hijos, hermanos, esposos, familiares y seres humanos en general por vocación.
Mujer, ¿tienes un botiquín de primeros auxilios en casa?
Demos un paseo por la historia y observemos la vida de dos grandes mujeres como ejemplo, que no sólo se destacaron por servir a sus familias sino a sus pueblos y a la humanidad en general.
1.- Florencia Nightingale (1820 -1910) Logró realizar su sueño de asistir a los enfermos después de enfrentarse a sus padres y familiares, quienes se oponían a que su hija fuera enfermera, ya que en aquella época, estaba mal visto que una mujer perteneciente a una clase alta desempeñara una tarea tan “denigrante”; la mujer debía casarse, formar y cuidar a su familia. Sin embargo, Florencia recibió ayuda de su abuelo materno, quien entendió su interés por esta profesión, aunque no quería eso para ella, y por otro lado ella misma buscó el apoyo de un amigo de la familia Nightingale, Samuel, médico de profesión, quien estaba secretamente enamorado de ella. Nunca se casó; dedicó su vida al servicio del prójimo y de aquellos que más lo necesitaban, buscando la forma de mejorar su salud y en otros casos de hacer más llevaderos sus últimos días. Su pueblo la apodó cariñosamente como: “La dama de la linterna”.
2.- María Curie (1867-1934) Fue una mujer que estudió Química y Física en Polonia, posteriormente nacionalizada francesa. Pionera en el campo de la radiactividad, fue la primera persona (y mujer qué gran honor) en recibir dos premios Nobel y la primera mujer en ser profesora en la Universidad de París. Nació en Varsovia donde vivió hasta los 24 años. En 1891 se trasladó a París para continuar sus estudios. Fundó el Instituto Curie en París y en Varsovia. Estuvo casada con el físico Pierre Curie con quien tuvo una hija llamada Irene. Pierre murió en un accidente la mañana del 19 de abril de 1906, al ser atropellado por un coche de caballos en una calle de París cuando se dirigía a su laboratorio. Pero lo más sobresaliente de esta gran señora, fue que a la muerte de su señor esposo, a parte de seguir dedicándose a la ciencia, se unió mucho a su hija para recoger y curar animales callejeros.
Esto es una clara muestra de que el amor por la ciencia y la medicina existe desde siempre. Podríamos extendernos con muchos más casos por el mismo estilo, pero vamos a sintetizar poniéndonos en un lugar privilegiado en el aquí y ahora de nuestras vidas, donde nosotras como mujeres somos las protagonistas principales y núcleos que integramos a toda nuestra familia. Y como principio de cuentas, echemos una mirada hacia el interior de nuestro hogar, ¿dispones de un botiquín de primeros auxilios, mujer? ¿Todavía no lo tienes? ¡Adquiérelo… protege a tu familia!
¿Qué productos básicos debe contener un botiquín casero de primeros auxilios? Analgésicos, antisépticos, anestésicos, agua oxigenada, algodón, alcohol, gasas estériles, un termómetro, vendas, cinta adhesiva, curitas, unas pinzas y tijeras, una linterna pequeña y una buena dosis de paciencia, serenidad y templanza ante los accidentes. Recuerden amigas queridas, que la actitud también es un elemento básico ante las emergencias o actuar oportunamente bajo presiones sin desesperarse, es un acto de supremo amor por los nuestros.
No siempre es bueno estar dependiendo del teléfono para pedir ayuda, cuando nosotras mismas podemos echar mano en accidentes caseros, tales como: Desinfectar una herida y cortar la hemorragia mientras podemos llegar ante el médico. En los tiempos de nuestras abuelas, pocas podían darse el lujo de poseer un botiquín tan completo en casa, allí se usaba el café molido para cortar hemorragias, y con un trozo de sus mismas faldas protegían las heridas.
Pero los tiempos han cambiado muchísimo, y es hora de que tengamos un momentito de reflexión para aprovechar todos los beneficios y generosas oportunidades que nos brinda la ciencia y la tecnología de nuestro tiempo y acudir a la primer farmacia de la esquina, a surtirnos de un buen botiquín casero de primeros auxilios, que nos salvará de muchos dolores de cabeza posteriores.
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