Reflexión de Navidad
Las calles se visten de luces que parpadean como estrellas al son de los villancicos...¡Es Navidad!
Hoy todos nos esmeramos en tener una bonita mesa, llega la familia... algunos incluso de lejos para la hermosa reunión familiar. Nos apresuramos en los últimos momentos para comprar alguna tableta más de turrón, esa botellita de vino que le gusta al abuelo....
Y desde ese rinconcito de la casa, el Niño Jesús acostado en un pesebre nos mira con ojos tiernos y profundos en donde habitan el amor y la paz infinitos.
El pequeño Niño está en silencio y ese silencio habla por sí sólo y nos dice: "mírame yo soy la Navidad". Cómo si lo hubiéramos escuchado se nos va la mirada hacia el Belén de plástico duro ,de cerámica o de barro, colocamos la figurita del pastor que vemos tirada y seguimos con nuestras cosas sin percatarnos que el Niño nos llama.
Estamos demasiado agitados para escuchar esa vocecita que dentro de nosotros nos susurra: te amo...........
Salimos a la calle, nuestro corazón enternecido por esa Presencia Divina de la cual no nos damos cuenta. Un hombre estira su mano temblorosa pidiendo algo para comer y esa ternura que nos inspira la Navidad hace que metamos la mano en el bolso o en la cartera y le demos... no sólo una monedita, sino dos. Pero no percibimos que es el Niño Jesús que, con su manita estirada, nos invita a seguirle.
Al fin llega la familia ¡qué ilusión tan grande!. Nos reunimos alrededor de la mesa con enorme alegría y excitación. Los niños corren aún por la casa. Ya suena la abuela con el cucharón así que, ya sentados, nos disponemos a disfrutar de la cena familiar. Hablamos de tantas cosas... hay tanto que contar... sobre todo aquellos que hace un año que no vemos y que ,en poquitas ocasiones, llamamos o recibimos llamadas. Pero nadie en la mesa se acuerda del pequeño Niño que nos llama en el pesebre de nuestro corazón.
Se termina la reunión. Algunos ya deben irse porque viven lejos y hasta el año que viene no volveremos a verlos. Hay lágrimas, promesas de seguir en contacto, abrazos y besos a raudales. Así es durante un tiempo, luego cada uno se sumerge en sus cosas. No somos conscientes que la Navidad dura todo el año, toda la vida, porque el Niño Jesús nace cada día en nosotros haciendo de la Navidad el sentimiento de Amor más hermoso de Dios hacia la humanidad.
El pequeño Niño nos pide escucharle. Vamos a dedicarle todos los momentos de amor que vivamos durante estos días, vamos a ofrecerle nuestra vida para que sea una constante Navidad.
Amén.
¡¡¡Te amo Señor!!!
(Autor:© Glori)
Pd. Feliz Noche Buena y Navidad a todos mis angelitos. Disfrutar de la familia, de estos hermosos momentos todos juntos pero, acordaros tambien del pequeño Jesús, que nace cada día en nosotros y que nos pide que le sigamos caminito al Amor.
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