Mujeres... las hay muchas, y todas maravillosas: La mujer que lo puede todo, y la mujer que no puede nada. La mujer que no puede nada y baja la cabeza ante el maltrato... La mujer que no puede odiar porque tiene un corazón frágil y débil. Mujer que todo lo perdona, porque ama. La mujer que lo puede todo cuando ama, cuando trabaja y cuando sueña... Mujeres... Mujeres que lo pueden todo, y ponen de manifiesto su corazón de acero, para defender a su prole, para pelearle a la vida y al mundo por llenar a sus hijos de amor infinito. Mujeres... que sin tener un calendario ni un reloj, saben el tiempo exacto para llorar, saben el tiempo exacto para reír, y hacen girar el día gris al compás de la luz, para alumbrar el camino de los que aman. Mujeres que no son bellas por ser amadas, son bellas porque se dejan amar. Mujeres que detienen el mundo, para que su girar no les alcance, pero mueven su mundo con una mirada, con un suspiro, con sus sueños de mil colores mientras luchan por hacerlos realidad. Mujeres que mueven su mundo con una mirada de amor, miran pasar la vida y dejan que se les escape para que otros puedan vivirla y ser felices. Mujeres que no se dejan vencer con una derrota, tienen mucho que decir, y dan la palabra fuerte y firme para encontrar una solución... Mujeres las hay, y muchas... todas maravillosas. Se llenan de fuerza y se echan sobre los hombros las cargas ajenas, las llevan con valentía al final del día, agotadas y exhaustas, pero aun así tienen el tiempo necesario y justo para alzar sus cansados ojos, para contemplar las estrellas, la luna. Se van a su lecho para el descanso y se levantan al esplendor de un nuevo día, renovadas y llenas de valor, confiesan sus temores, sueños, deseos de ser la novia, la esposa, la madre, la amiga, la hermana y la hija... y todo queda reducido a cinco letras: MUJER
MIGDALIA |