Un trabajo interno
“Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”.
El Abejaruco de pecho blanco es un ave de África oriental que vive en clanes de hasta 14 miembros.
El Abejaruco de pecho blanco tienen varios problemas con los cuales debe lidiar. Puesto que anida en los riscos que sobre miran las riberas de los ríos, los críos necesitan mucha atención hasta que aprenden a volar. Una vez que están a solas, las jóvenes aves a menudo son puestas a trabajar por sus padres como ayudantes. Un padre puede inclusive ahuyentar las parejas de sus hijos a fin de mantenerlos como ayudantes.
Los ayudantes traen comida para su madre y hermanos y hermanas. Ellos también limpian el área del nido y cuidan del peligro. Sin embargo, el trabajo más importante es proteger el nido durante el tiempo de puesta de huevos. Esto es necesario porque una hembra que no tiene su propio nido puede intentar poner sus huevos en el nido de otro Abejaruco. Si los huevos son puestos antes de que la dueña del nido ponga sus huevos, ella simplemente tirará los huevos ajenos. Si ya hay huevos en el nido ella también cuidará de los huevos ajenos. El trabajo importante de cuidar el nido usualmente es dado a una hija. ¡Sin embargo, los científicos han observado que a veces es la hija, que mientras está en vigilancia con la madre ausente, es quien a escondidas añade unos pocos de sus propios huevos!
En Su bondad el Creador ha dado a los Abejarucos una manera de vida en la cual ayudarse los unos a los otros es parte de su naturaleza. Esta bondad del uno al otro mejora la calidad de vida. Esto puede servir como un ejemplo para nosotros que el mundo no está diseñado para favorecer la supervivencia del más egoísta o agresivo.
Oración:
Amado Señor, en un mundo que ve solo la pérdida personal cuando se ofrece la bondad, ayúdame a recordad que Tu me diste todo libremente. Ayúdame a ver la recompensa de la buena voluntad en ayudar a otros, aun de aquellos que no pueden devolverme a cambio.
Notas: Bruce Fellman. 1992. Looking Out for Number One. National Wildlife, Dec.-Jan. p. 46-49.