Él no es parte importante en mi vida. Él es mi vida. Sin Él me muero literalmente. Mi corazón desea conocerle más a cada instante.
Esto es incomprensible para algunos. Muchos usan su nombre para obtener cosas en este mundo. Otros usan su persona para lucrarse. Aun otros se saben las doctrinas y con ellas hacen creer que le conocen.
Su verdad trasciende toda situación terrenal y celestial. Él es la verdad. No hay otra fuera de Él. No hay realidad fuera de Cristo. Sólo una ilusión de lo verdadero.
Muchos se satisfacen con esa ilusión. Yo no. Y espero que tú tampoco. Mi espíritu arde por lo verdadero. Esa pasión por lo real no se entiende y es poco tolerable por los que no la conocen.
Cristo es mayor que todo el universo. Él es más grande que todas las galaxias juntas. Es más real que mi propia vida. Decir que Él es Salvador y Señor se queda corto de quien es Él. Él es Salvador y Señor. Pero es mucho más que eso.
Él no es parte importante en mi vida. Él es mi vida. Sin Él me muero literalmente. Mi corazón desea conocerle más a cada instante.
Esto es incomprensible para algunos. Muchos usan su nombre para obtener cosas en este mundo. Otros usan su persona para lucrarse. Aun otros se saben las doctrinas y con ellas hacen creer que le conocen.
Su verdad trasciende toda situación terrenal y celestial. Él es la verdad. No hay otra fuera de Él. No hay realidad fuera de Cristo. Sólo una ilusión de lo verdadero.
Muchos se satisfacen con esa ilusión. Yo no. Y espero que tú tampoco. Mi espíritu arde por lo verdadero. Esa pasión por lo real no se entiende y es poco tolerable por los que no la conocen.
Cristo es mayor que todo el universo. Él es más grande que todas las galaxias juntas. Es más real que mi propia vida. Decir que Él es Salvador y Señor se queda corto de quien es Él. Él es Salvador y Señor. Pero es mucho más que eso.
El deseo y la pasión de conocerle como el Todo escasea. Abundan las doctrinas y enseñanzas sobre Él. Lo que hizo precede a su persona. Esto ha producido que las personas se enfoquen en las acciones. El hacer lo correcto sobreabunda y se exige.
Cuando el Correcto ES el todo en uno, lo correcto no hay que exigirlo. Es fruto de la relación. El conocerle deja de ser una doctrina. El conocerle es vida. Y esa vida se manifiesta con pasión y deseo de conocerle más. Nada en este mundo puede satisfacer esa pasión y deseo.
Esa vida nos lleva a amar a los demás por quienes son. La pasión por Dios nos empuja a valorar a los que están a nuestro lado. No nos obliga, sale en forma espontánea. El estar bien no sirve de nada cuando la pasión por Él consume. El valor que se le da al que está al lado se hace una prioridad porque Su amor no mira género, raza, color, tamaño, doctrina. El amor sólo ve como Dios.
La Vida encarnada en Jesús toma el control de quienes somos. Los apetitos terrenales se van perdiendo. La gente se ve distinta porque Su amor cubre nuestra visión con su verdad.
Los religiosos, con su visión nublada y egoísta, juzgan a los demás porque su enfoque es usar a la gente para sus beneficios. Piensan que los demás son como ellos. Ven motivaciones escondidas en los demás porque así es como operan ellos. Hablan con miel en su boca, pero el veneno escondido acaba la vida de los que comen de esa miel.