La sonrisa hace más joven a la persona. La persona simpática tiene un fulgor en su cara que va repitiendo sin palabras: "Estoy contento(a) de tratar con usted" "Me agrada la vida"
El gesto y la palabra amable multiplican los amigos. Saludemos con entusiasmo a los demás. No olvidemos dar un saludo especial a nuestros amigos en sus cumpleaños. Valoremos y tomemos en cuenta las ideas y opiniones de otros.
La simpatia se obtiene con un rostro agradable. Todos tenemos un tesoro para ir repartiendo: una sonrisa. Sabemos que los problemas nos aquejan diariamente a cada uno de una u otra forma, pero si sonríes a los demás, habrás puesto una cucharadita de azúcar en todas las tazas de este mundo.
No te olvides hoy de sonreirle a cada persona con la que te encuentres, con la que saludes, con la que converses. Además, no olvides sonreirle a Dios, te aseguro que Él te está sonriendo ahora y está derramando bendiciones en tu vida.