“Las ideas de Simón Rodríguez
´Para enseñar a pensar´"
Hacen pasar al autor por loco. Déjese transmitir sus locuras a los padres que están por nacer.
Se ha de educar a todo el mundo sin distinción de razas ni colores. No nos alucinemos: sin educación popular, no habrá verdadera sociedad.
Instruir no es educar. Enseñen y tendrán quien sepa, eduquen y tendrán quien haga.
Mandar a recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos. No se mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no tenga su ´porqué´ al pie. Acostumbrado el niño a ver siempre la razón respaldando las órdenes que recibe, la echa de menos cuando no la ve, y pregunta por ella diciendo: ´¿Porqué?´
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el porqué de lo que se les manda hacer, se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
En las escuelas deben estudiar juntos los niños y las niñas. Primero, porque así desde niños los hombres aprenden a respetar a las mujeres, y segundo, porque las mujeres aprenden a no tener miedo a los hombres.
Los varones deben aprender los tres oficios principales: albañilería, carpintería y herrería, porque con tierra, madera y metales se hacen las cosas más necesarias. Se ha de dar instrucción y oficio a las mujeres, para que no se prostituyan por necesidad, ni hagan del matrimonio una especulación para asegurar subsistencia.
Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra”.
Eduardo Galeano “Memoria del Fuego” II Las caras y las máscaras. (Siglo XXI- España Editores S.A. 1984.)