Dios tiene un jardín de flores de todos colores. En
el jardín de Dios no hay diferencias, porque El
mismo cuida y riega sus preciosos tesoros. Las
perfuma con Su Presencia, las adorna de pureza y
alegría. Tu eres especial porque eres una flor
delicada en manos del Creador. Te formó
delicadamente entre sus dedos. La obra no ha
terminado porque Dios sigue trabajando en tu
perfección. Muchos han pasa
do por tu lado y te
han mirado como una flor sin valor. Llegará el día
que verán lo importante que eres para Dios y
llorarán arrepentidos. Tu eres una flor preciosa,
finamente labrada por las manos del Creador del
Universo. Hace unos días, vi muchas flores como
tú. No tenían bracitos, les faltaban sus piernas y
sus mentes estaban perdidas en el horizonte y
tuve ese sentimiento profundo de dolor. Dios
abrió mis ojos por unos segundos y pude verte
ante el trono de Dios, en primer lugar, sonriendo
y cantando alabanzas. Se llenó de gozo mi
corazón y salté de alegría. Eras una flor
terminada, preciosa, finamente adornada con
perlas y rubies. Hoy caminas con lágrimas, pero
alégrate, sonríe, porque Dios tiene preparada una
morada para tí. La espera muchas veces se hace
larga y fatigosa, pero en cada minuto que pasa y
en cada sonrisa que compartes, hay un pedazo de
cielo que adorna tu sendero. No temas, Dios está contigo.
Mira que te mando que te esfuerces y
seas valiente; no tema ni desmayes
porque Tu Dios estará contigo
dondequiera que vayas. Josué 1:9