
- Es tu silencio, Señor, lo que ahora quieres darme.
- Es tu silencio en respuesta a todas mis preguntas.
- Tu silencio, que es paz
- en medio de este ruido de la Tierra.
- A veces, mi Señor, entiendo tus silencios
- mejor que otras respuestas
- más sonoras que me ofreces.
- ¡Encuentro tanto amor en tu silencio!
- ¡Me siento tan amado
- en esa paz que así me otorgas!
-
- Silencio y soledad, oculta oscuridad
- a todo lo que sea
- el ruido y el tumulto, el brillo de esta tierra...
-
- No sé, mi Dios amado, qué puedo haberte hecho
- para que vengas a inundarme de tu luz.
- Tu luz... y tu silencio.
- No entiendo cómo pueden ambos darse,
- los dos al mismo tiempo.
- La luz que se origina en tu presencia...
- Silencio, sí, mas no silencio surgido de la nada;
- silencio impresionante que de tu majestad se me deriva.
-
- A veces, mi Señor, este mismo silencio
- pudiera ser tomado por ausencia.
- Tan sólo la soberbia de los hombres
- genera una ceguera tan enorme.
-
- Gracias, Señor. Estás en todas partes;
- estás en todo tiempo, ya lo sé.
-
- Gracias, Señor, por todos tus silencios.
(Desconozco el autor)



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