Dame, Señor, si quieres, el don de la humildad. No lo quiero por mí. Lo quiero para ti, para amarte y alabarte sólo a ti, para referir mis circunstancias tan sólo a tu Persona. Dame, Señor, si quieres, el don de la pobreza; de la pobreza de alma, de la pobreza interior. Quisiera no tener, para tenerte sólo a ti, pues solo contigo basta al hombre. Dame, Señor, si quieres, el don del amor total a todo lo que sea tu voluntad. No quiero resignarme, ni aceptar: tan solo quiero amar aquello que en tu Plan de Amor de Padre preveas para mí. Dame, Señor, si quieres, entrega confiada y abandono sin límite en tus manos; lanzarme, sin temor a lo que venga, a todo lo que sea tu voluntad. Mi Dios, mi Amor, mi Todo... tan sólo Tú me importas, tan sólo Tú eres Lógica de Vida. Tan sólo a ti quiero tender. (Desconozco el autor)
|