¿ DONDE ESTA DIOS.?
El sufrimiento está en todos lados. El sufrimiento aparece en muy variadas formas, pero siempre nos lleva a la misma pregunta de todos los tiempos: “¿Dónde está Dios cuando sufrimos?”.
El primer capítulo de Génesis describe un Dios que habla, y cosas que comienzan a ser… un Dios que es impresionante y poderoso… un Dios que escapa a toda comprensión humana. Esta visión de Dios casi puede llevarnos a imaginarlo como el gran relojero que le dio cuerda al universo y luego se desentendió de él, dejándolo librado a su propia suerte.
Sin embargo, en el capítulo dos, se nos cuenta la misma historia de la creación desde una perspectiva muy diferente… desde una perspectiva muy personal. De pronto, este mismo Dios está en la tierra plantando árboles, haciendo a Adán del polvo de la tierra, y soplando su propio aliento en Adán para darlela vida. El Dios altísimo se convierte en un Dios muy cercano.
Podemos ver cómo Dios el Padre – quien se involucra totalmente en Su creación – envió a Su Hijo para hacerse humano. Así como vimos en el capítulo dos de Génesis, los Evangelios cuentan la historia de Dios en la persona de Jesús, interactuando con Su creación aquí enla tierra. Pero Él no se limita a simplemente interactuar… Él consuela, alienta, sana, da sabiduría… Él es, sin lugar a dudas, un Dios que se preocupa y se ocupa de nosotros.
Cuando sintamos los efectos de la tragedia en nuestras vidas, y cuando el sufrimiento nos agobie, podemos mirar a nuestra vida y preguntarnos cómo está nuestra relación con Dios. ¿Estamos viviendo de acuerdo a Su voluntad… estamos encontrando nuestra identidad en Él… estamos haciendo las cosas que Él nos ha llamado a hacer?
Si la respuesta es “no”, quizás el sufrimiento sea la forma que Dios está usando para llamarnos a que volvamos a la raíz de nuestra fe Jesucristo crucificado y a una vida vivida a la sombra de Su cruz.
Hace casi 2000 años, en una colina en las afueras de Jerusalén, Dios hizo algo con respecto al sufrimiento que surgió de lo que nosotros hemos hecho mal: Jesucristo, el Hijo de Dios, tomó todos nuestros errores sobre sí mismo, y murió en nuestro lugar.
No sólo hay esperanza y anticipación de la eternidad, sino que Pablo también dice que el Espíritu de Dios está presente para ayudarnos en los momentos de sufrimiento. El Espíritu de Dios actúa en los cristianos, recordándonos que, aún en medio de un sufrimiento que parecería ser sin sentido, Dios tiene un propósito, y que el resultado final va a ser para nuestro bien, porque Dios nos ha llamado para que sean sus hijos.