Los planes de Dios no son los mismos que los nuestros, con nuestra vista corta vemos hasta donde físicamente alcanzamos y olvidamos con facilidad lo que Jesús le dijo a Marta -"¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?"- ¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?, -¿ No te he dicho que si crees verás la grandeza de Dios?.
Dice la Biblia que Jesús tenía 3 amigos que eran hermanos, María, Marta y Lázaro. Lázaro se enfermó y murió. !Qué gran problema! Lázaro tenía cuatro días muerto, aún cuando tuvo el mejor médico del mundo para cualquier gravedad, que lo pudo haber sanado cuando estaba enfermo, Jesucristo. Qué tristeza para la familia.
Definitivamente Marta pensó que Jesús era capaz de sanar a Lázaro cuando aún estaba enfermo, pero obviamente no creía que pudiera resucitarlo estando sepultado desde hacía cuatro días. Aún peor, “Hiede ya”, le dijo ella cuando Jesús llegó a verles.
Jesucristo no vio un problema, sino una oportunidad de ver la gloria de Dios. Jesús nunca llega tarde, sino al tiempo oportuno. ¿Oportuno? ¡pero si ya había muerto!, -- Sí, pero aún allí era el tiempo para que muchos vieran y creyeran en el Hijo de Dios, como en efecto ocurrió. La Biblia dice que muchos de los judíos que habían venido a consolar a Marta y a María creyeron en Jesús. También hubiese sido notorio si Jesús le hubiese sanado estando en vida pero Jesús busca la mejor oportunidad, no la buena.
Marta representa la vida de la mayoría de nosotros, que queremos que Jesús responda a nuestras oraciones al instante, que tan pronto hagamos la llamada telefónica celestial lluevan las bendiciones y las soluciones a nuestros conflictos. Ella había mandado a decir a Jesús que Lázaro, a quien él amaba, estaba enfermo. Jesús no fue al instante, sino que llegó cuando ya había muerto y aparentemente no había esperanza. Jesús lo amaba tanto que lo demostró al llorar por él frente a su sepulcro. Jesús también te ama a ti, solo debes ser paciente para ver la Gloria de Dios.