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Existen cada vez más evidencias científicas acerca de cómo las emociones afectan positiva o negativamente nuestro sistema inmunológico, que es el encargado de defender nuestro organismode agentes agresores.
Esto es, si nuestro sistema inmunológico no se encuentra abatido, cotidianamente rechazamos desde procesos infecciosos leves hasta cánceres.
A pesar de que aún en nuestros días muchos médicos se niegan a aceptar el hecho de que las emociones juegan un papel preponderante en la génesis de muchas enfermedades, como lo han venido señalando desde hace muchos años los estudiosos de la Psicología, las nuevas tecnologías tienden a evidenciarlo.
Me gustaría mencionar el trabajo del Dr. Ryke Geerd Hamer,médico alemán,Doctor en Medicina, con varias especializaciones y con un extraordinario talento también para inventar aparatos médicos.
Entre sus inventos se encuentra un bisturí no traumático que corta 20 veces más fino que una navaja de rasurar (Escalpelo Hamer),una sierra especial para hueso en cirugía plástica y una mesa de masaje que se ajusta perfecta y automáticamente al contorno del cuerpo.
Cuando terminó su especialidad en Medicina Interna en 1972, trabajó en la Clínica Universitaria de Tübingen como médico internista a cargo de pacientes con cáncer.
Casado con la Dra. Sigrid Hamer y gracias a las ganancias que le produjeron sus inventos, pudo irse a vivir y ejercer su profesión a Italia, donde su hijo Dirk fue accidentalmente herido de bala por el príncipe italiano Emmanuel de Saboya; tardaría en morir casi 4 meses.
Poco tiempo después de la muerte de su hijo, el Dr. Hamer desarrolló cáncer testicular y su esposa cáncer de mama.
Debido a que ambos eran personas jóvenes y sanas, pensó que el desarrollo de ambos cánceres podría estar relacionado con la pérdida inesperada y dolorosa de su hijo y emprendió un viaje científico asombroso, basado en esta experiencia de vida y en la que su trabajo con enfermos de cáncer le había proporcionado.
Regresó a Alemania como médico internista en jefe de la clínica oncológica de la Universidad de Múnich, en donde comenzó a investigar las historias de sus pacientes con cáncer y encontró que todos ellos, como él, habían experimentado un choque emocional inesperado, serio, dramático y vivido en soledad (por ejemplo la pérdida inesperada de un ser querido por una separación no prevista o por muerte, un diagnóstico o pronóstico para el cual uno no está preparado, un pánico repentino a la muerte, un enojo o preocupación intensa inesperada, un sentimiento repentino de abandonoya sea emocional, mental ó físico o un temor o amenaza inesperada).
Apegándose al método científico, siguió la hipótesis de que todos los procesos corporales son procesados desde el cerebro y que el shock que el conflicto genera se produce simultáneamente en la psique, el cerebro y en el órgano correspondiente al área cerebral afectada.
El Dr. Hamer llevó un estricto control de 40,000 casos, analizados por medio de escaneo cerebral y meticulosos registros médicos y psicológicos.
Hasta entonces, ningún estudio había investigado el origen de las enfermedades en el cerebro ni su papel como mediador entre la psique y el órgano enfermo.
El Dr. Hamer descubrió que cada enfermedad se origina como consecuencia de un choque o trauma que nos toma completamente por sorpresa. En el momento en que el conflicto inesperado ocurre, el choque impacta un área específica en el cerebro causando una lesión (más tarde llamada Foco de Hamer), visible en un escáner cerebral como un grupo de anillos concéntricos nítidos.
Los radiólogos las consideraban como imágenes creadas por una falla en la máquina, pero Siemens, un fabricante de equipos de tomografía computarizada certificó que estas lesiones objetivas no podían ser fallas pues cuando la tomografía se repetía y se tomaba desde diferentes ángulos, la misma formación anular aparecía siempre en el mismo lugar.
Las células cerebrales que reciben el impacto envían una señal bioquímica a las células del cuerpo correspondientes, provocando el crecimiento de un tumor, la necrosis de un tejido o la pérdida funcional, dependiendo de cual capa del cerebro recibe el choque.
La razón del porqué conflictos específicos están irrefutablemente unidos a áreas específicas del cerebro es que, a través de nuestra evolución histórica, cada área del cerebro fue programada para responder de manera instantánea a conflictos que pudieran amenazar nuestra supervivencia.
Mientras el tallo cerebral (la parte más antigua de nuestro cerebro) está programada con cuestiones básicas de supervivencia como respiración, reproducción y alimentación, el cerebro (la parte más nueva y por lo tanto, más evolucionada) está más relacionada con temas de tipo social y territorial. La investigación del Dr. Hamer es absolutamente acorde con las leyes naturales de la Embriología y a la lógica de la evolución.
Los animales experimentan estos conflictos biológicos en términos reales, por ejemplo, con la pérdida del nido o del territorio, una separación de su cría, de su pareja o del grupo social ó cuando sufren un susto de muerte.
Debido a que los humanos desarrollamos una forma de pensar simbólica, podemos experimentar estos conflictos no sólo en un sentido literal, sino también figurado.
Una “pérdida territorial” puede ser un divorcio o la pérdida inesperada de nuestro trabajo. Un”conflicto de abandono“puede ser causado por ser llevado a un asilo o por la pérdida de un ser amado, un”conflicto de miedo a morir“ puede ser provocado al conocer un diagnóstico grave y el miedo concomitante a perder la vida.
Por ejemplo: una madre recibe la noticia inesperada de que su hijo se vió involucrado en un accidente. Este tipo de conflicto impacta en el área del cerebro que controla las glándulas mamarias de una mujer, pudiendo formar un tumor de mama, que fue lo que sufrió la esposa del Dr. Hamer, por cierto, después de la pérdida de su hijo.
El tamaño y la gravedad de la lesión estará determinado por la intensidad y duración del conflicto.
En Octubre de 1981 el Dr. Hamer presentó su investigación a la Universidad de Tübingen como tesis post-doctoral. El objetivo era tener probados sus descubrimientos en casos equivalentes para que la Nueva Medicina Germánica, que fue como denominó a su disciplina, pudiera ser enseñada a todos los estudiantes de medicina y los pacientes pudieran beneficiarse de sus descubrimientos lo antes posible.
Para su gran sorpresa, pues hasta entonces había sido considerado mundialmente como una reconocida eminencia médica, el comité de la Universidad rechazó su trabajo y rehusó evaluar su tesis, un caso sin precedentes en la historia de las universidades y le fue dado un ultimátum: renegar de sus descubrimientos o no ver renovado su contrato.
Fue extremadamente difícil para él entender por qué estaba siendo expulsado de la clínica al presentar descubrimientos científicos bien fundamentados. Después de darle de baja, se retiró a su práctica privada donde continuó su investigación.
Varios intentos de abrir una clínica privada fallaron debido a esfuerzos concertados para oponérsele. Cartas de los pacientes del Dr. Hamer dirigidas a las autoridades de salud permanecieron sin respuesta o fueron regresadas con el comentario: ” ¡No aplicable!“.
En 1985 la Dra. Sigrid Hamer, su esposa, fallece. Nunca se recuperó del pesar por la muerte de su hijo y de la persistente intimidación de la familia de Saboya y muy probablemente, también de las autoridades médicas y académicas.
El hostigamiento al Dr. Hamer culminó en 1986, cuando una sentencia de la corte le prohibió continuar con su práctica médica.
A pesar del hecho de que su trabajo científico nunca fue desaprobado, perdió su licencia médica a la edad de 51 años, pues se rehusó a renunciar a sus descubrimientos sobre el origen del cáncer y a regirse por los principios de la medicina oficial.
Privado de su licencia médica, el Dr. Hamer dependía ahora de otros doctores para obtener escaneos cerebrales y registros médicos de pacientes.
Para 1987 ya había analizado más de 100,000 casos y fue capaz de expandir su descubrimiento de las Cinco Leyes Biológicas de la Nueva Medicina Germánica, como denominó a sus descubrimientos.
Mientras tanto la prensa y la medicina establecida no pararon de atacar su trabajo, hasta la fecha. Periodistas y médicos”expertos“retrataban al Dr. Hamer como charlatán, sanador milagroso autoproclamado, líder de culto, o criminal demente.
Hubo incluso solicitudes para evaluar su condición mental por parte de psiquiatras elegidos por la corte.
En 1997 el Dr. Hamer fue arrestado y sentenciado a 19 meses en prisión por haber proporcionado a tres personas información médica sin tener licencia médica. En contraste, trece años después de haber asesinado a Dirk Hamer (1991) Víctor Emmanuel de Saboya había sido sentenciado a solo 6 meses de audiencias por la posesión ilegal de un arma.
Cuando el Dr. Hamer fue arrestado la policía requisó los archivos de los pacientes que él venía estudiando.
Todavía la Universidad de Tübingen rehúsa aprobar el trabajo científico del Dr. Hamer a pesar de dos órdenes de la corte en 1986 y 1994.
De igual manera, la medicina oficial rehúsa aprobar la Nueva Medicina Germánica a pesar de las numerosas verificaciones tanto por parte de médicos como de asociaciones profesionales.
El 9 de Septiembre del 2004 el Dr. Hamer fue arrestado en su casa en España…. y después de un año y medio en la prisión francesa de Fleury Merogis, el Dr. Hamer fue finalmente liberado en Febrero del 2006.
A pesar de la enorme importancia de los descubrimientos del Dr. Hamer, su trabajo cuenta con muy poca difusión, me pregunto si en ello tendrán algo que ver las multinacionales farmacéuticas que reportan multimillonarias ganancias gracias a sus fármacos contra el cáncer, pero nos ocuparemos de ello en un siguiente post. Hasta entonces.