¿Existe el diablo?
Creo que todos conocen a Luis Palau. Un prestigioso evangelista argentino que hace 30 años vive y trabaja en Estados Unidos de América.
Allí tiene un programa radial hace también muchos años, y en una ocasión un oyente le preguntó:
Sr. Palau: ¿Quién es el diablo? ¿Existe realmente? ¿Qué dice la Biblia al respecto?
El pastor respondió lo siguiente:
Muchos creen que el diablo es un personaje imaginario. Sin embargo, en estos últimos años ha surgido un gran interés por el ocultismo, el espiritismo, la magia negra, los adivinos, etc. y todo esto incluye a Satanás y sus demonios.
Dice la Biblia en la carta de San Pedro capítulo 5:"Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar, al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo".
Creo que la respuesta a esta pregunta del oyente podrías responderla vos mismo. ¿Sentiste su presencia? ¿podrías realmente atribuir a la imaginación sus manifestaciones?
Hay quienes dicen que no existe el infierno, que el infierno es vivir en esta vida, y que una vez que muramos esntraremos todos al Cielo de Dios.
No es eso lo que nos enseña la Biblia, allí no se habla de una figura imaginaria o poética sino de un personaje concreto y real.
Pude sentir su influencia en mi vida, pude verlo actuar en mi matrimonio, en mis hijos, pude verlo obrar en mí.
Tengo que reconocer que muchas de las batallas a las que él me enfrentó las perdí.
En la primera carta de Pedro capítulo 5 encontramos la existencia del diablo con su actividad y poder. El diablo se manifiesta en nosotros como una fuerza negativa y destructiva, y claramente sus efectos siempre llevan a destrucción, separación, pérdida, depresión, culpa, aunque en casi todos los casos se presenta ante nosotros con un ofrecimiento muy atractivo y tentador.
¿Podés ver su efecto en tu vida?
- Estás cambiando canales de TV en la madrugada porque no podés dormir, y de pronto una película para adultos muestra sexo explícito… y te terminás enganchando.
- Empezó a congregarse en la iglesia una joven con un muy buen cuerpo y que usa ropas ajustadas, lo que hace que no puedas despegar tus ojos de ella. Al lado tuyo está tu mujer y tus hijos, y estás en medio del culto… pero una voz te dice “¿quién te va a ver?” “la culpa es de ella, que se viste así”.
- El médico te dijo que tenías que hacer una dieta para bajar de peso y controlar tu hipertensión, pero te invitaron a comer y lo que te ofrecieron eran todos alimentos de altísimo valor calórico, con picantes y alto contenido químico. Todo exactamente contrario a lo que deberías comer. Una voz te dijo: “por una vez no va a pasar nada” y te comiste todo.
- Tu vecino cambió el auto y te quedás mirándolo cómo lo disfruta, preguntándote porqué ese tipo, que es mala persona y que vive robando, tiene un auto tan bonito cuando vos andás a pie. ¡ojalá se le rompiera!
- ¿Por qué un hombre decente y de buena familia, de repente abandona su hogar y arruina la reputación de su familia?
- Por qué será que un hombre honorable de pronto desfalque un banco y termine en la cárcel?
¿De dónde vienen las tentaciones que invitan a tantos pecados? ¿Es todo una cuestión psicológica? ¿la gente que imagina cosas y se autoconvence?
Estoy convencido de que detrás de todo esto está ese personaje siniestro que se llama Satanás, o el diablo.
Pablo dice en la carta a los Efesios: "No deis lugar al diablo" (capítulo 4).
No debemos dar ninguna oportunidad al diablo en nuestra vida. Satanás siempre está buscando la forma de influenciarnos hacia lo incorrecto.
¿Y cuándo nos dejamos influenciar por Satanás?
Hay un sinfín de ocasiones: cuando nos enojamos, cuando estamos amargados, cuando sufrimos, al ser negativos, cuando queremos lo que no nos pertenece… pero también cuando sentimos una extraña opresión, que nos hace sentir mal inclusive físicamente. Esto me pasa y aprendí a reconocerla y a reprender su tarea.
Incluso en lo personal, me cubro espiritualmente y cubro a mi familia cuando percibo que el ataque viene sobre mí.
Claro que siempre hay ocaciones en que me sorprende con la guardia baja y…
Dice la Biblia en el libro de Santiago, capítulo 4: "Someteos pues a Dios, resistid al diablo y huirá de vosotros".
Con Dios tenemos poder para resistir a este personaje fuerte, el diablo. El apóstol Pablo nos dice en Efesios capítulo 6: "Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las acechanzas ... ... del diablo"
Hay una especie de armadura espiritual que podemos colocarnos a fin de estar capacitados para resistir a los engaños y ataques satánicos. Esta armadura es, en esencia, el mismo Cristo. El que tiene a Cristo en el corazón posee todo el poder necesario para resistir a Satanás y no tiene por qué temerle miedo.
La Biblia también predice el fin del diablo. Jesús dijo en San Mateo capítulo 25: "...entonces dirá también a los de la izquierda: apartaos de mí malditos al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles".
Habrá muchos seres humanos que también irán a ese lugar. Y la razón es que ellos prefirieron seguir las obras del diablo rechazando la Palabra de Dios.
Hay personas que se han inmiscuido en el ocultismo, ya sea haciéndose leer la palma de la mano, o usando medios y actividades del ocultismo, hay quienes hoy son adultos pero cuando eran adolescentes jugaron a la tabla conocida como “Huija”, o hicieron algún pacto, o se mezclaron en algún juego extraño y hoy se sienten atormentados o perseguidos por un demonio.
Algunos hasta experimentan síntomas de locura y terminan en un hospital para dementes.
Pero la Biblia nos dice:
1 Juan capítulo 3: "El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto vino al mundo el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo"
Ningún ser humano puede ser víctima de Satanás y sus demonios cuando Cristo mora en su corazón. Porque el poder de Cristo es superior a cualquier otro poder espiritual.
Si vos sentís que sos víctima de un demonio, o que está afectando tu familia, tu casa, tu trabajo, decí simplemente:
"Jesús, vos sabés que me siento atormentado por demonios. Vos podés deshacer las obras de Satanás y por lo tanto te pido que deshagas las obras del diablo en mi propia vida. Librame con el poder de Tu sangre derramada en la cruz por mí".
Cuando Cristo mora en el corazón del hombre su vida está llena de triunfos.
HECTOR SPACCAROTELLA
tiempodevocional@hotmail.com
www.puntospacca.net
Basado en un mensaje de Luis Palau