Jesús nos dice que no falte la sal entre nosotros en nuestro trato mutuo y que vivamos en paz. La discordia había comenzado porque discutían entre sí quién era el más importante (Mr. 9:33-37). La sal es el símbolo a la disposición que puedan vivir en paz unos con otros en la comunidad.
El Señor nos advierte en tener cuidado de transformarnos en un escándalo o tropiezo para otros, hacer pecar a los que son más pequeños .
Pequeños como el que hecha demonios que no forma parte de los doce (Mr. 9:38-41), o bien la figura del niño que son modelos de siervos sencillos y humildes (Mr.10:13-16).
No excluirlos. Cortemos de raíz este mal. Se requiere una acción drástica que tiene que ver con cortar, dejar y abandonar el pecado. Se orienta la vida de la comunidad hacia la apertura. Trasciende fronteras creadas por los sistemas. No acepta el mal.
Cuidado con el “abuso del poder” o el “amor al poder” en vez del “poder del amor”. La responsabilidad y autoridad que se nos ha dado es principalmente para servir, amar y recibir a otros.
Mas adelante el pasaje bíblico nos dice: “Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó…” Mr. 10:13-14.
La cultura judía no apreciaba a los niños. Tipificaban inmadurez y desconocimiento. No apreciaban su inocencia y potencialidad. Ocuparse de ellos era pérdida de tiempo .
Los discípulos reprenden a los que habían traído los niños a Jesús. Ellos responden de acuerdo a su cultura y mentalidad. Jesús muestra su humanidad: Se indigna.
Jesús nos dice: “El que es más insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante” (Lc. 9:48). “Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos” Mr. 10:16. Jesús no se deja llevar por los prejuicios de la cultura. Toma en sus brazos a los niños. El Señor toma en sus brazos a los que todavía no tienen mucha comprensión de las cosas.
El relato bíblico mantiene la prioridad de la solidaridad y no del exclusivismo (Mr. 9:33-50) Lo bueno de afuera debe ser afirmado y lo malo de adentro extirparlo. El mensaje del infierno esta dirigido a los de adentro en este contexto.
Seguir a Jesús hace que la sal mantenga su sabor y eficacia. Es la práctica anticipada del reino. Que podamos ser una comunidad abierta para todos guiada por el Espíritu Santo.
¿Te vas a cortar la mano? No lo hagas. Lo que hay que cortar es el pecado. Es una acción drástica, de profunda convicción, decisión, voluntad, responsabilidad, compromiso.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN
¿Soy una persona que tengo prejuicios y suelo descalificar a otros?
¿Somos una iglesia abierta para todos y una comunidad solidaria?
¿Que implica compartir el evangelio con todas las etnias?
Autores: Carlos Scott