Sentir de que estamos agradando a Dios y que estamos en el centro de su voluntad nos da confianza en nuestra oracion (1ºJn 3:21-22). En el año 1540, Miconio, el gran amigo y ayudador de Martin Lutero, se enfermó. Todos esperaban que iba a morir. El envio a Lutero una carta de despedida antes de su muerte. Lutero respondió inmediatamente con otra carta donde dijo, "Te mando en el nombre de Dios que vivas, porque yo todavia te necesito en la tarea de reformar la iglesia. El Señor no permitirá que yo oiga que estás muerto. Tu viviras mas años que yo. Yo estoy orando por esto. Es mi voluntad, y que se haga mi voluntad, porque yo sólo busco glorificar el nombre de Dios." Las palabras nos sorprenden hoy en dia porque hablamos con tanto cuidado. Sin embargo, Dios estaba en esa oracion. Aunque Miconio ya habia perdido la habilidad de hablar, se recuperó en poco tiempo. Vivio 6 años más. Lutero murió 2 meses antes que Miconio. Dios inspira y contesta la oración de los que quieren cumplir su voluntad.
Martin Lutero siempre separaba las 3 mejores horas del dia para la oración. El hizo que miles de personas dejaran de poner su confianza en sus propias obras y confiaran en Cristo. Lutero dijo que la oracion deberia ser nuestra primera labor en la mañana y nuestra ultima labor por la noche. Dijo que deberiamos evitar con diligencia los falsos pensamientos que nos dicen que podemos postergar la oración para más tarde. Dijo que nuestros pensamientos nos engañan y nos dicen que tenemos otras cosas que hacer antes de orar al despertarnos por la mañana. Estos pensamientos malos hacen que finalmente no oremos durante el dia. Dr.Quentin McGhee