Noe: ¿un auténtico visionario o un soñador?
La historia de Noé trasciende los tiempos, las culturas. A pesar de su lejana antigüedad, hoy permanece más vigente que nunca. La epopeya de quien le tocó vivir en épocas tumultuosas, caóticas, como los días de Lot y de las tristemente célebres Sodoma y Gomorra. La persona de Noé surge con singular vigor marcando el más agudo contraste con los pares de tu tiempo. ¿Un excéntrico visionario o un temerario soñador?
Difícilmente Noé en sus días y con su fe puesta en su Señor construyendo el Arca pudo vislumbrar el formidable significado que tendría la embarcación más allá de toda circunstancia, para las generaciones que habrían de venir en el futuro.
La historia de Noé en Génesis me resulta verdaderamente apasionante. Construir una embarcación en medio del desierto debió ser una misión por demás difícil y no carente de las risas y burlas de los demás. Sólo a un loco podría ocurrírsele construir una barcaza en medio del desierto. Sin embargo, Noé cumplió su misión con un grado de detalle y precisión sorprendente. Hoy en día, ingenieros y expertos armadores de barcos no dejan de asombrarse ante la sencilla pero eficiente ingeniería de la barca que se describe en detalle en el libro de Génesis cap. 6.
Hoy en día, seis mil años después, muchos de nosotros seguimos construyendo “arcas de Noé”. Seguramente estás convencido de que Dios puso en tu corazón un proyecto de vida. Emprendiste la empresa y comenzaron las dificultades, las burlas, los comentarios descalificantes de esas personas que “viven echando todo para atrás”… no importa si pastores, asesores, parientes o amigos.
¡ÁNIMO!!! Si hoy sientes que estás construyendo una barca en medio de un desierto y tienes en lo profundo de tu corazón la convicción de que Dios te lo puso… ¡manos a la obra! Cuando venga el “diluvio” habrá valido la pena tu esfuerzo y además de tu sueño cumplido, verás el fruto de tu trabajo.
Autor: Luis Caccia Guerra