NUNCA ES MUY TARDE SI TE PONES EN SUS MANOS
Cuando uno piensa que es tarde para algo, es porque siente que no hay esperanza de que las cosas mejoren o cambien. Que no hay probabilidades para que surjan oportunidades. Quizás has creído perder la fe, porque lo has intentado tantas veces en tus propias fuerzas y no has logrado resultados positivos. Posiblemente en el proceso has perdido gente que has querido o te han defraudado y decepcionado personas en las que confiabas.
Pero esta vez por qué no pruebas ponerte en las manos del Señor. Porque no permites que él sane tu interior quebrantado y deshecho. Por qué no dejas que su amor entre en tu corazón y extermine todo odio, resentimiento, soledad y amargura. Que quite esos deseos de venganza que solo te consumen y te hunden en una depresión profunda y te llevan a un abismo del que sientes que nunca escaparás.
Tú piensas y, ¿por qué debo darle una oportunidad a Dios? ¿Qué me garantiza que todo irá mejor? Yo solo puedo decirte lo que he vivido a su lado. Y en mi experiencia he podido disfrutar del toque de sus manos y recibir bendiciones maravillosas. Me ha dado paz, alegría, consuelo, esperanza, fe y optimismo. Solo él ha podido transformar las experiencias más negativas que he tenido y las ha utilizado a mi favor, en vez de en mi contra.
Pero está en ti tomar la decisión de aceptar y dejar que Dios tomé el control absoluto de tu vida. Permitirle que él obre en tu corazón y renueve tus fuerzas para que puedas llegar a mejorar y cambiar tu vida. Pero como dice el tema de esta reflexión:
“NUNCA ES TARDE SI TE PONES EN SUS MANOS, LAS MANOS DE DIOS”
Autora: Brendaliz Avilés