Semillas de Fe
“El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha “
Salmos 126:5 (NVI)
¿Cuando le cosecharé , si he trabajado duro sembrando con fe cada día?. Creyendo cuando no se ve nada. Orando y ayunando cuando las fuerzas se me escapan. No dándome por vencido cuando todo está en mi contra. Caminando por fe cuando no se ve ningún camino. Empujando cuando mi voluntad flaquea. Teniendo fe cuando mi corazón desmaya. Sembrado en ocasiones con lágrimas.
El camino de la fe en ocasiones es difícil. La tierra en la que sembramos semillas de fe puede ser tan dura en ocasiones que nuestra voluntad es quebrantada. Pero solamente hasta ese momento aseguramos una cosecha gloriosa. Pues, solo hasta que nuestro ego es roto” el grano de trigo muere” y produce mucho fruto.
“Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.” Juan 12:24 (NVI)
Hasta que nuestro SEÑOR circuncida nuestros corazones y confesamos que Él es todo lo que necesitamos y comenzamos a vivir cómo si no hubiera nada malo en nuestras vidas, hasta entonces nos dará la cosecha que anhelamos. Tal vez no en la forma que esperamos, sino en la forma de Su presencia haciéndonos saber que si Él está con nosotros ¿Qué habernos de temer?.
“El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la paz y la justicia. De la tierra brotará la verdad, y desde el cielo se asomará la justicia. El SEÑOR mismo nos dará bienestar, y nuestra tierra rendirá su fruto. La justicia será su heraldo y le preparará el camino.” Salmos 85:10-13 (NVI)
La manera de obtener esa cosecha es caminando en justicia antes de recibirle. Si pido a Dios que me haga libre de mis deudas económicas, primeramente debo de resolver mi problema con la tarjeta de crédito en centros comerciales y enfocar mis finanzas en el Reino de Dios y necesidades familiares. Si pido al Señor que me bendiga con una perfecta salud, debo primeramente “trabajar la tierra” con justicia teniendo cuidado de él. Llevando una dieta, haciendo ejercicio y descansando. Y esa justicia indudablemente traerá su cosecha. Si pido a Dios poder estar con mi alma gemela entonces debo permitirle al Espíritu Santo que me transforme en ese/a hombre/mujer que ella/él merece. Porque sino remuevo eso que está podrido en mi corazón, seguramente todas las relaciones que tenga serán un desastre.
Esa cosecha que anhelas está más cerca de lo que piensas. Permítele al Señor que renueve hoy tu fortaleza y has conmigo está oración:
“Padre mío, hoy tengo entendimiento que solamente deseas lo mejor para mí. Perdóname si he dudado de tu Poder Transformador. Por favor dame la fuerza y pasión que necesito para terminar este proceso en el Poder del Espíritu Santo. Permíteme honrarte con esta cosecha. Ayudame a darte lo mejor. Deposita en mí tu entendimiento para rendirme a tu perfecta voluntad. En el nombre de Cristo Jesús, Amén”.
Autor: Richy Esparza