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General: "El poder de la sangre de Jesús"
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: mujervirtuosa8  (Mensaje original) Enviado: 19/03/2013 17:18

Este es un tema poderoso, santo, lo más sublime que existe en el cielo. No existe algo más sublime puro, respetado y reverenciado en el cielo que la Sangre de Jesús.
Referencia Bíblica: Apocalipsis 12:11
“Y ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos que menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.
Todo el plan de redención descansa en la sangre del Cordero. No era suficiente sólo la obediencia de Jesús, sino que era necesaria su obediencia hasta la muerte en la cruz, debía derramar su sangre, si no lo hubiera hecho el plan de redención, no hubiera estado completo. Todo lo que tenemos, lo que podemos llegar a ser en Cristo Jesús radica en la Sangre que fue derramada por nosotros.
La pregunta es: ¿Por qué la sangre? ¿Por qué la demanda de Dios era derramar sangre inocente, perfecta pura y preciosa?
Génesis 9:6
El que derrame la sangre de un hombre, por otro hombre su sangre será derramada porque a imagen de Dios es hecho el hombre
Hay 7 funciones biológicas que demuestran que la sangre le da vida al cuerpo, lo mantiene vivo, oxigenado, y puro. Estas son:
1. La sangre transporta todos los desperdicios metabólicos de las células hacia los órganos que expulsan los desperdicios. Mantiene el cuerpo limpio.
2. Los glóbulos rojos, llevan oxigeno desde los pulmones hacia todas las células del cuerpo. La sangre es la responsable de oxigenarlo. Eso mismo hace la Sangre de Jesús en su vida espiritual.
3. Transporta todos los nutrientes desde el aparato digestivo hacia todas las células, para mantenernos vivos. Eso hace la Sangre de Jesús, que el alimento espiritual llegue a todo nuestro ser.
4. Lleva hormonas de las glándulas endocrinas a ciertos tejidos específicos.
5. Ayuda a Mantener el balance de los fluidos en el cuerpo.
6. Distribuye el calor del metabolismo en el cuerpo, es la responsable de mantener la temperatura del cuerpo, al morir se enfría porque la sangre ya no circula y no mantiene el calor. La sangre de Jesucristo le mantiene cálido y vivo para el Señor.
7. Los Glóbulos blancos en la sangre nos ayuda a defendernos de organismos y microorganismos invasores. Nos mantiene sanos. La Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. No hay un pecado que la Sangre de Jesús no pueda limpiar.
Aún las cosas más horribles que el hombre haya hecho, la Sangre de Cristo tiene el poder para limpiar.
Éxodo 12:13
“La sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis, veré la sangre y pasaré de largo entre vosotros, y no habrá entre vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto”
Cuando los Israelitas estaban cautivos y Dios estaba listo para sacarlos de eso, la última plaga fue la muerte de los primogénitos en Egipto, No fue porque el hecho de ser Israelitas que el ángel de la muerte no entró a sus casas, aun siendo Israelitas el ángel de la muerte pasaría, la única cosa que le detuvo, fue la instrucción de Dios de sacrificar a un cordero perfecto y que la sangre fuera puesta en los dinteles de las puertas y les dijo:  “Al pasar el ángel y vea la sangre en los dinteles, pasará de largo, y no entrará en esa casa”. No es el hecho de ser cristiano, es el hecho de entender el poder de la Sangre de Jesús.
Como iglesia hemos descuidado y menospreciado el poder de la Sangre de Cristo. La vemos como algo que sirvió como algo para perdonar nuestros pecados hace dos mil años en la cruz, lo vemos como algo que pasó, que Dios hizo y que no tiene una aplicación para nuestros días porque ya recibimos el máximo beneficio que era ser salvos, pero no hemos notado que la Sangre de Jesús aplica hoy en día. Así como la Sangre física corre en el cuerpo y lo mantiene vivo, la Sangre de Jesús es la responsable de mantenerte vivo espiritualmente.
Igual que  las funciones metabólicas de la sangre del cuerpo, la sangre de Jesús fue derramada por nosotros siete veces. Siete en la Biblia es número de completitud, de perfección, que no hace falta nada más. No hay nada que la sangre de Cristo no cubra.
El número siete Se asocia por la suma del tres y el cuatro. Tres es la trinidad y cuatro el número de la tierra. La divinidad tuvo misericordia de la humanidad y le abrazó, para que fuera cubierta con una sola cosa, “La Sangre de Jesús” y perfectamente pagó el precio y la demanda de nuestra redención.
Es tan perfecta que una vez hecho el sacrificio de Jesús no quedó nada más que hacer. No hay que sacrificar animales y derramar sangre. Al derramar la sangre de Jesús siete veces, el cielo dio por finalizada la obra perfecta que se demandaba, como perdón, redención, sanidad, protección, liberación o lo que el hombre necesitara. El cielo dijo “Esta completa la obra” no hay que volver a sacrificar un macho cabrío más, Dios puso el cordero desde el cielo, que sí podría llegar a cumplir cada demanda, cuya sangre era la única acepta delante del Padre, vino a hacernos absolutos, completos y perfectos en Él, “Mas vosotros estáis completos en Cristo Jesús” no hay nada que no haya sido cubierto.
Ofendemos a Dios cuando queremos hacer un sacrificio queriendo derramar parte de nuestra sangre para limpiar nuestros pecados. Las personas que en romerías de rodillas, sangra, piensa que de alguna manera Dios le dirá que eso es agradable o bonito su sacrificio, está equivocada pues le está ofendiendo. Se le está diciendo “la sangre de Cristo en la cruz no pudo con mis pecados, no importa cuán perfecto fue el Sacrificio de Jesucristo, creo que yo necesito hacer algo más por mis propios pecados.” Le ofendes cuando quieres comprar con un sacrificio humano, cuando no entiendes que Él puso el cordero perfecto  para que fuéramos declarados justos y limpios delante del Padre celestial. Dios no quiere sacrificios de hombre. No quiere que sea religioso. Dios quiere que entendamos que debemos estar bajo la sangre preciosa del cordero de Dios, para no vea nuestra humanidad sino la sangre que fue derramada, por eso Jesús se presento ante el lugar santísimo con su propia sangre, la derramó y la presentó para que cuando el Padre vea ese lugar santísimo vea la sangre de su hijo Jesucristo presentada como un sacrificio vivo y santo.
Siete veces fue derramada. Efesios 1 7 y 8 por El tenemos redención por sus sangre. No hay redención solo por obediencia sin derramamiento de sangre. Por Él tenemos redención, por su sangre.
Las siete veces que Jesús derramó su sangre fueron:
1)  En el huerto de Getsemaní: Lucas 22:43-44
“Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía,  oraba más intensamente;  y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”
Cada uno de estos momentos tiene una connotación espiritual. Representa una puerta abierta de oportunidades,  no fue en vano el derramamiento. Esta condición de estar con tanta angustia, de haber tomado sobre si en ese momento la presión del pecado de toda la humanidad, la angustia de tomar nuestras maldades y rebeldías, pecados, la maldad del hombre, de la humanidad, del marero que decapita a una mujer, del hombre que a sangre fría mata a un bebé en su cuna, de aquel que mucha saña machetea y hace pedazos a otro ser humano, esa presión de esos pecados estaba esa noche sobre Jesucristo. El peso de esos pecados, como si Jesús mismo los hubiese cometido aunque Él no pecó, pero sobre el estaba cargándose esa noche la culpa, y toda esa presión sobre Jesús, estando en agonía, orando frente a su Padre, comienza a sudar y su sudor se transforma en gotas de sangre, esto para nosotros significa que el castigo de nuestra paz, fue sobre Él, toda esa agonía estaba pagada por nuestra paz. Toda esa aflicción para que no vivamos en aflicción, pagado por el precio más alto que alguien pueda pagar: La sangre de Jesús.
2) Fue derramada cuando arrancaron su barba.
Y golpearon su rostro, su sangre fue derramada. Isaías 50:6 dí mi cuerpo a mis heridores, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba, no aparté mi rostro de injurias y de esputos” proféticamente revela lo que le pasó a Jesús cuando le arrancaron la barba y le golpearon el rostro. Jesús no escondió su rostro. No luchó delante de sus trasquiladores, no abrió su boca, se quedó parado, le escupían, le injuriaban, le arrancaron la barba, ese día, la Sangre de Jesucristo fue derramada por nosotros  para que podamos presentarnos rostro a rostro, cara a cara con el Rey de reyes y Señor de Señores y no tengas nada de qué avergonzarte delante de su presencia, por eso su rostro fue avergonzado, mutilado, su barba fue arrancada, sangró de su rostro, para que nos presentáramos sin ninguna vergüenza, sin esconder el rostro, podemos presentarnos puros y limpios delante del Padre celestial, porque la sangre del Cordero salió de aquel rostro precioso para que no nos avergoncemos, y le digamos “Padre Te amo, Abba Padre, gracias porque no tengo que esconderme de tu presencia, porque no tengo que sentirme avergonzado en tu presencia, puedo verte, puedo levantar mis ojos delante de ti, tu gloria no me va a matar, porque la sangre de Cristo me da la libertad de presentarme rostro a rostro contigo”
3) Cuando azotan su espaldaMarcos 15:15
Pilato queriendo satisfacer al pueblo le soltó a Barrabás y entregó a Jesús después de azotarlo para que fuera crucificado”
Su espalda fue azotada y herida, fue lacerada y sangró, para que Dios el Padre, nunca nos dé la espalda, nunca nos abandonará y nunca nos dejará es nuestro mejor amigo, Jesús. Aquí en la tierra las personas pueden decirnos prometernos que nunca nos dejarán y que nos apoyarán, pero aun las mejores amistades se prueban a un punto que si se hace algo que es desagradable, damos la espalda al amigo. Pero la Biblia dice que Jesús sangró de su espalda porque Dios tuvo que darle la espalda a su hijo para darnos a nosotros el rostro, por eso el Hijo dijo “Padre, ¿Por qué me has desamparado?” tuvo que castigarlo a Él para podernos justificar. Por eso es que yo estoy seguro que ni la vida, ni la muerte, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, (Ro 8:38)  no fue cosa liviana haberle dado la espalda a su Hijo para abrazarme a mí. Ningún padre desampara a sus hijos por darle a un marero, todos preferimos a nuestros hijos. La sangre de Jesucristo me garantiza que el Padre siempre será fiel, estará presente, no abandona la obra de sus manos, que empezó por mí, la va a perfeccionar hasta el día de Jesucristo.
Esas llagas también me respaldan, que por su herida yo fui curado. Si la sangre me dice que puedo presentarme con un rostro abierto delante de Él, y que no debo vivir más atemorizado, me dice que por las llagas de Jesús yo fui curado, el pago el precio por mi sanidad.
1 Pedro 2:24 “Él mismo llevo nuestros pecados en su cuerpo en el madero para que nosotros estando muertos al pecado vivamos a la justicia de Dios y por cuya herida fuisteis sanados” Si creo que la sangre me limpia de todo pecado, ese mismo poder también debo creer que está presente para sanar.
4) La corona de espinas. Juan 19:2-3
“Los soldados entonces, tejieron una corona de espinas y la pusieron sobre su cabeza” Cuando los soldados pusieron la corona de espinas sobre su cabeza Jesús sangró. Esa sangre nos dice que tenemos la mente de Cristo. Que yo puedo pensar los pensamientos de Dios, que puedo entender su voluntad y su deseo para mí. Que no estoy confundido o perdido, que tengo de parte de Dios su dirección sus pensamientos y ordena mis pasos para su gloria. Me dice también que una de las partes más importantes del cuerpo está cubierta por la sangre de Jesús. Estoy bajo la autoridad de Jesucristo.
5) Sus manos.
Lo colocan en la cruz, le colocan los clavos. La mayoría está de acuerdo que fue en las muñecas para sostenerle. Y las manos de Jesús sangraron. Para que pueda levantar manos santas ante Él. Para que pueda levantar mis manos y decirle al Padre no estoy derrotado, levanto mis manos en señal de victoria porque hace dos mil años las manos de Jesucristo sangraron por mí para que yo hoy pueda levantar manos santas y limpias delante de ti, en adoración y gloria, no me cansaré de alzar mis manos y decirle Gracias, te adoro y te bendigo, sangraron las manos de tu hijo y ahora las mías pueden estar levantadas delante de ti Señor. Puedo levantar mis manos con tanta libertad. No se avergüence de levantar sus manos, por qué sangre fue derramada para que podamos alzar nuestras manos delante del trono de Dios. La Sangre de Jesús.
6) El sangró de sus pies.
Juntaron sus pies y lo clavaron al madero. Esa sangre me puede decir que puedo acercarme y caminar con libertad al trono de la Gracia. Que los pasos del hombre justo son ordenados por el Señor, que mi caminar puede ser agradable delante del Señor, por la Sangre del  cordero de Dios, bienaventurados, benditos los pies de los que anuncian buenas nuevas, por la sangre derramada por el Cordero puedo caminar, levantarme, avanzar, dar un paso más, acercarme a Dios, hacer su voluntad, levantarme cada mañana y decir:  “Gracias Padre, porque hoy también puedo caminar dentro de tu voluntad, Gracias porque puedo acercarme a tu trono de gracia, Gracias porque Tú tienes el control de mis pasos, te bendigo y te exalto por la Sangre de Jesús, la cual me permite libre acceso delante de tu trono”.
7) Jesús derramó su sangre de su costado.
Cuando había muerto, se dio orden que los soldados le quebraran las piernas, pero a Él no se las quebraron porque notaron que ya estaba muerto pero para asegurarse de ello, el soldado tomó una lanza y la clavó en su costado entonces sangre y agua salió de esa herida.
Hay un canto que dice así:
Cuando los soldados golpeaban a Jesús y arrancaban su barba, y esa sangre salía y les salpicaba, Jesús les decía: Esa sangre es por ti,
Cuando Jesús llevo su cruz, y simón de Sirene fue obligado a ayudarle y tuvo que mancharse con esa sangre también, y Jesús se volteó y le dijo:
Simón, esa sangre es por ti
Cuando fue puesto en el madero y los clavos literalmente destruyeron las muñecas, salió sangre y manchó a los que lo estaban clavando, Jesús los vio y les dijo:
Esa sangre es por ti
Cuando fueron clavados sus pies, vio a sus agresores y les dijo:
Esa sangre es por ti
Cuando ese costado fue traspasado aquel hombre debajo, fue bañado con aquella sangre, porque la Sangre del Hijo de Dios literalmente fue derramada por todos nosotros, la sangre en el costado me dice que estoy bajo su protección, bajo su cuidado, que estoy a su lado. Fuimos sentados en los lugares celestiales, a la par, juntamente con Cristo. Nos ganamos ese derecho cuando Jesucristo derramo su sangre en su costado para que podamos estar sentados a la par de su trono. Cuando Dios estaba listo para hacer a la mujer, la hizo del costado, porque del costado de Jesucristo nació la Iglesia. Si Dios es conmigo, ¿Quién es contra mí? No puede quitar a un hijo que está abrazado en el costado de su padre.
Hay una octava ocasión en que Jesús derramó su sangre. El número ocho en la Biblia es el número de nuevos inicios, después del siete que está todo perfecto, se inicia algo nuevo. Cuando Jesús tenía ocho días de nacido, derramo su sangre en la circuncisión. Era una señal del pacto, era el nuevo inicio, el nuevo comienzo. Una señal que ese niño tenía algo nuevo, un nuevo inicio, una nueva vida, un nuevo pacto, nueva era, la era de la gracia, un caminar diferente, Una época distinta como Dios nos iba a ver. Dios lo ve a usted a través de la sangre de su hijo Jesús, Dios no ve al lugar santísimo, al propiciatorio como un lugar de pecados, sino ve la sangre que habla mejor de la de Abel, porque la de Abel pide justicia. La de Jesús dice “perdónalos que no saben lo que hacen”
La Sangre de Jesús, la sangre del cordero, que fue derramada por ti.
Por Pastor Erick Muñoz



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De: Lolis Navarrete Enviado: 20/03/2013 04:51
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De: Lolis Navarrete Enviado: 20/03/2013 19:52
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De: Lolis Navarrete Enviado: 21/03/2013 19:11
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De: Lolis Navarrete Enviado: 25/03/2013 01:47
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