"No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados." Lucas 6:37. Un hombre tenía problemas de comunicación con su esposa y y llegó a la conclusión de que ella es estaba volviendo sorda. Así que decidio hacer una prueba sin que ella lo supiese. Una noche se senmtó en una silla de la parte más alejada de ella en la habitación. Su esposa estaba de espaldas a él y no podía verlo. Muy quedamente él susurró: "¿Me escúchas? No hub0o respuesta. Se acercó un poco a ella y preguntó otra vez: "Me escúchas ahora" tampoco tuvo respuesta. Calladamente se acercó y susurró las mismas palabras, pero segía sin obtener respuesta. Por último se colocó justo detrás de la silla de su esposa y le dijo: "¿y ahora me escúchas? Para su sorpresa y disgusto ella respondió irritada: "Por cuarta vez, si te escucho" ¡Que advertencia tan buena para nosotros acerca de juzgar a otros! La mayoría de nosotros criticamos a los demás para ocultar las mismas faltas que tenemos en nuestras vidas. También tendemos a encontrar faltas en otras personas cuando en realidad somos nosotros los que estamos equivocados, y no la otra persona. Jesús conocía la naturaleza humana. Es por eso que dijo: "No juzguéis, y no seréis juzgados". pensamiento: Si estas buscando faltas que corregir, mírate en el espejo.
Ciertamente lo fácil es ver los defectos en los demás, pero Dios nos da sabiduría para mirarnos a nosotros mismos antes de juzgar a otros, excelente mensaje hermano Jaime, gracias y feliz día, Araceli