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ORACION DE UN ANCIANO
Salmos 71:5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud. 9 No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. 18 Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares, Hasta que denuncie tu brazo á la posteridad, Tus valentías á todos los que han de venir.
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Los años han llegado y con ellos nuestra fuerza fue menguando. Nuestro caminar se tornó lento y nuestros ojos se fueron obscureciendo. Ha pasado el tiempo de la primavera, y el otoño ha llegado. Nuestra memoria se remonta a aquellos días en donde el sol brillaba y nuestros niños jugaban en el patio. Cuando nuestros fuertes brazos los sostenían y eramos para ellos el centro de sus vidas. En cambio hoy nos parece quizá un dia gris, ya no somos tan recordados, y nuestro nombre no está ya en boca de todos. Y suspiramos: - Se acordarán en este momento alguien de mí? Leemos en este pasaje de la Biblia la oración de un anciano que le pide a Dios que no lo desampare. Sabe que su fuerza se fue acabando... pero sabe que Dios no lo desechará porque confía en el.! Puede decir usted hoy: YO CONFIO EN DIOS... MI SEGURIDAD ES EL? Este anciano podía estar tranquilo porque "Dios era su seguridad desde su juventud". Si desde su junvetud! Para él, Dios no era el "último recurso a quien buscar" sino que era su confianza desde que era joven. Todo aquel que creyó en Cristo como su salvador, está confiado y tranquilo. No hay días tristes ni grises, porque el gozo está en su corazón. Enfrenta la última etapa de su vida con valentía y serenidad, no le teme a la muerte porque en Jesús halló la vida eterna. Quizá las enfermedades y los dolores traten de abatirlo, pero la fe inquebrantable en el "Dios de su juventud" lo mantine en pié porque sabe que va camino a las moradas eternas para estar con el para siempre!. Dios aún se acuerda de nosotros a pesar que lo hallamos ignorado en nuetra juventud. El quiere darnos la "vida interior" que nuestra alma necesita, si creemos en su Hijo JesuCristo que murió en una cruz por nuestros pecados.
1Juan 4:9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
Cuantos ancianos hoy lloran sus tristezas y su corazón se ha endurecido a causa del pecado! Porque en los mejores días su vida han rechazado el amor que les ofrecía el Salvador. En los tiempos de juventud vivieron apartadaos de Dios, sin considerar que llegaría el día que sus fuerzas ya no serían las mismas, y que la arrogancia y autosuficiencia de la juventud se acabaría!. Ahora comprueban que su vida dependía de sus fuerzas y no de Dios, que en su interior no había vida, porque la vida de Cristo no estaba en sus corazones. Podrá su corazón hoy decir: Confio en Dios en mi vejez? Si no es así le invito a que confíe con la fe de un niño, en Aquel que murió por nuestros pecados en una cruz. Pidale perdón a Dios por haberle olvidado en su juventud y confiésele en oración que en esta última etapa de su vida CREERA CON FE EN LA OBRA SALVADORA DE JESUCRISTO. Hoy puede tener la vida interior que nunca tuvo, porque Dios puede darle un corazón nuevo.
Juan 10:10 Dijo Jesús: ... yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
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Gracias, muy buen mensaje hermano! Dios te bendiga, Araceli |
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