El orden mental
"Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho
como Jehová habí mandado"
Éxodo 39:43.
El guardar la Palabra y meditar en ella produce un orden mental, nos trae
paz y nos da claridad en los pensamientos.
Dios estableció en Su Palabra bendecir todo lo que se pone bajo orden divino.
Para eso hemos de ir paso a paso ordenando nuestro estilo de vida; espiritualmente,
emocionalmente, económicamente o en cualquier otra manera, aprendiendo
principios de la Palabra. Ellos no van a funcionar de manera mágica, es usted
y soy yo quienes debemos alinear nuestra vida a ellos.
Recuerde: Dios nunca bendice el desorden.
Si yo hago algo que no está bien, entonces algo no funcionará bien en mi vida. No le
puedo exigir a Dios bendición sobre algo que no quiero ordenar.
Nosotros si queremos nos podemos ordenar fácilmente cuando creemos a lo que Dios
dice y vamos dando al Señor el control de nuestra vida. En la Biblia vemos que Dios
dio instrucciones específicas a Moisés acerca del tabernáculo. Le dio todos los detalles
de lo que tenía que hacer, los elementos, la gente que tenía que trabajar, hasta los
detalles más pequeños estaban especificados. Todo había que hacerlo de acuerdo
como Dios lo decía. Las ofrendas tenían que traerlas y presentarlas como Dios decía.
Si había algo desordenado no descendía la gloria de Dios. Y ninguna de las cosas
que Dios le dijo las hacía al revés.
Para poder guardar y poner por obra la Palabra, lo primero que tenemos que
ordenar es nuestros pensamientos. Estos tenemos que alinear de acuerdo a lo que
Dios dice en Su Palabra. Para esto requerimos de mucha fe, la cual se irá
acrecentando a medida que vayamos meditando y guardando la Palabra.
Su vida es extraordinariamente accesible a la ministración del Espíritu Santo. Está
destinado a prosperar en todas las áreas de su vida. Tome la decisión de
establecer el orden divino en su vida.
Oración: Padre, gracias porque tu Espíritu Santo nos trae luz para ir ordenando
nuestros pensamientos y acciones con tu Palabra. Seremos bendecidos. En el
nombre de Jesús, amén.
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