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CASADA CON UN HOMBRE QUE NUNCA SE ENAMORO DE ELLA.
Era una tortura para Jacob compartir su vida con Lea. ¡Y lo único que ella hacía para que él se enamorara de ella era darle hijos y más hijos.! Pero Jacob nunca se dignó a mirarla, a tratarla con ternura, a demostrarle su aprecio siquiera. El no estaba enamorado de Lea. Pero un día, cuando estaba a punto de morir, Jacob vio la sepultura de Lea. Lea había cambiado en los últimos momentos, porque se había dado cuenta que no tenía que ir detrás de lo imposible, que ese hombre nunca la iba a reconocer, que el único que la iba a reconocer era Dios por el potencial que tenía. Y caminaba Jacob por ahi y vio la sepultura y dijo: " ahí donde un día sepulté a Lea quiero que me sepulten a mí". ¡Que tremendo, por Dios! Llegó tarde, pero se dio cuenta, porque trató de buscar en su baúl de recuerdos y vio los mejores recuerdos de su vida con Lea. "Me dio esos hijos, hubo momentos gloriosos con ella. Tal vez no lo pasé muy bien, pero salimos juntos de luchas. Así que donde está, no pude antes, pero donde ella está ahora quiero estar" Esta lectura me hizo pensar mucho sobre cuantas mujeres se casaron con hombres que nunca pudieron llegar a amarlas,a valorarlas... y es muy doloroso compartir asi toda una vida. Pero esta mujer, Lea, en algun momento dejo de sufrir por el amor de su esposo y vio algo mas alla. Vio que al unico que podia pedirle ese reconocimiento y recibir ese amor que ella anhelaba para continuar viviendo al lado de un hombre que no la amaba, ... ¡era su Dios! Y aferrada a esa esperanza, a ese amor sobrenatural que solo ella podia sentir, termino sus dias al lado de su esposo y sus hijos. Ella llego a la meta de ser una esposa cristiana y que podia rendir cuentas de sus obras al Todopoderosa habiendo llevado una vida digna y honrosa como esposa y madre!. Ejemplos asi hay muchos, querida amiga, y son ejemplos dignos de imitar aun en nuestros dias, sabes porque? Porque hoy en dia todo ha cambiado el hombre es diferente, la mujer es diferente, los hijos son diferentes. El mundo ha evolucionado, me dicen, pero yo digo que si, el mundo ha cambiado, pero ¡la Palabra de Dios no lo ha hecho!, la palabra de Diso permanece inalterable a traves de los tiempos! La Palabra de Dios nos enseña nuestro caminar en este mundo ayer, hoy y mañana! La Palabra de Dios me dice que yo soy una hija de Dios, una mujer cristiana y por lo tanto debo ser una esposa sabia!, y porque se que mis obras van a trascender el día de mi muerte, con mis hijos y con mi esposo, al igual que sucedio con Lea. El reconocimiento de Dios hacia ella toco el corazon de su esposo y finalmente, aunque ella ya estuviera ausente, jacob supo reconocer todo lo valioso que ella le habia dado. Y acaso, ¿no es esa nuestra mision en este mundo? acaso no debemos ser la ayuda idonea de nuestro esposo? acaso no estamos puestas como esposas para compartir con el los desanimos, las penurias, las alegrias, etc.? ¡Que sabio es entender que primeramente debemos cumplir con lo que Dios nos dio como mision de esposas, que no nos convertimos en esposas para ser puestas en un pedestal de reina de primeras, sino que delante de Dios, y no tanto del hombre, debemos ganar esa corona para El, para dar gloria a Su Nombre y a Su Voluntad!. Una mujer sabia edifica su casa. Seamos sabias entonces. Aprendamos a serlo, aunque en vida no veamos la recompensa que nuestra alma quiere ver. Veamos mas alla, veamos lo que nos espera en el Reino de Aquel que nos hizo mujer, esposa y madre. Y sepamos honrarle a El en primer lugar. Lo demas ... Dios dira. Shalom.
Graciela
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Hola Grace, gracias por traernos tan buen mensaje, buen fin de semana,
Araceli
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CASADA CON UN HOMBRE QUE NUNCA SE ENAMORO DE ELLA.
Era una tortura para Jacob compartir su vida con Lea. ¡Y lo único que ella hacía para que él se enamorara de ella era darle hijos y más hijos.! Pero Jacob nunca se dignó a mirarla, a tratarla con ternura, a demostrarle su aprecio siquiera. El no estaba enamorado de Lea. Pero un día, cuando estaba a punto de morir, Jacob vio la sepultura de Lea. Lea había cambiado en los últimos momentos, porque se había dado cuenta que no tenía que ir detrás de lo imposible, que ese hombre nunca la iba a reconocer, que el único que la iba a reconocer era Dios por el potencial que tenía. Y caminaba Jacob por ahi y vio la sepultura y dijo: " ahí donde un día sepulté a Lea quiero que me sepulten a mí". ¡Que tremendo, por Dios! Llegó tarde, pero se dio cuenta, porque trató de buscar en su baúl de recuerdos y vio los mejores recuerdos de su vida con Lea. "Me dio esos hijos, hubo momentos gloriosos con ella. Tal vez no lo pasé muy bien, pero salimos juntos de luchas. Así que donde está, no pude antes, pero donde ella está ahora quiero estar" Esta lectura me hizo pensar mucho sobre cuantas mujeres se casaron con hombres que nunca pudieron llegar a amarlas,a valorarlas... y es muy doloroso compartir asi toda una vida. Pero esta mujer, Lea, en algun momento dejo de sufrir por el amor de su esposo y vio algo mas alla. Vio que al unico que podia pedirle ese reconocimiento y recibir ese amor que ella anhelaba para continuar viviendo al lado de un hombre que no la amaba, ... ¡era su Dios! Y aferrada a esa esperanza, a ese amor sobrenatural que solo ella podia sentir, termino sus dias al lado de su esposo y sus hijos. Ella llego a la meta de ser una esposa cristiana y que podia rendir cuentas de sus obras al Todopoderosa habiendo llevado una vida digna y honrosa como esposa y madre!. Ejemplos asi hay muchos, querida amiga, y son ejemplos dignos de imitar aun en nuestros dias, sabes porque? Porque hoy en dia todo ha cambiado el hombre es diferente, la mujer es diferente, los hijos son diferentes. El mundo ha evolucionado, me dicen, pero yo digo que si, el mundo ha cambiado, pero ¡la Palabra de Dios no lo ha hecho!, la palabra de Diso permanece inalterable a traves de los tiempos! La Palabra de Dios nos enseña nuestro caminar en este mundo ayer, hoy y mañana! La Palabra de Dios me dice que yo soy una hija de Dios, una mujer cristiana y por lo tanto debo ser una esposa sabia!, y porque se que mis obras van a trascender el día de mi muerte, con mis hijos y con mi esposo, al igual que sucedio con Lea. El reconocimiento de Dios hacia ella toco el corazon de su esposo y finalmente, aunque ella ya estuviera ausente, jacob supo reconocer todo lo valioso que ella le habia dado. Y acaso, ¿no es esa nuestra mision en este mundo? acaso no debemos ser la ayuda idonea de nuestro esposo? acaso no estamos puestas como esposas para compartir con el los desanimos, las penurias, las alegrias, etc.? ¡Que sabio es entender que primeramente debemos cumplir con lo que Dios nos dio como mision de esposas, que no nos convertimos en esposas para ser puestas en un pedestal de reina de primeras, sino que delante de Dios, y no tanto del hombre, debemos ganar esa corona para El, para dar gloria a Su Nombre y a Su Voluntad!. Una mujer sabia edifica su casa. Seamos sabias entonces. Aprendamos a serlo, aunque en vida no veamos la recompensa que nuestra alma quiere ver. Veamos mas alla, veamos lo que nos espera en el Reino de Aquel que nos hizo mujer, esposa y madre. Y sepamos honrarle a El en primer lugar. Lo demas ... Dios dira. Shalom.
Graciela
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