No sé que tiene de especial el alba; pero hace traer a mi corazón los recuerdos más bonitos de mi propia vida.
Sabéis cual es el amanecer que más me gusta?, el alba en el que María Magdalena encontró al Jesús resucitado. Dice la Biblia que era aún oscuro y María no pudo más y fue al sepulcro. Lo encontró vacio y comenzó a llorar, bueno no!!!..... supongo que llevaba llorando horas y horas….
Cuando Jesús, con Su cuerpo glorificado se le aparece, María magdalena no le conoce; pero, simplemente cuando escucha, “María”, reconoce al instante la voz de Su amado, inmediatamente se gira sobre sus talones y con los ojos más abiertos, brillantes y empapados en lágrimas de todo el universo, simplemente dice: “Raboni”.
Me enamora esta escena. Primero, como mujer me…. casi podría decir que me enajena el poder comprobar como Jesús, a quien primero se aparece es a una mujer, ni a Pedro ni a Juan ni a Jacobo…… a una mujer! Y a una que le amaba con locura porque le había liberado de cosas terribles, había roto muchas cadenas en su vida y se sentía tremendamente agradecida y perdonada.
Recordáis las palabras de aquella vieja canción?, “Amanecí otra vez, entre tus brazos y me querías decir, no sé que cosa, pero callé tu boca con un beso y así pasaron muchas, muchas horas…..”; me encanta esta canción especialmente cantada por la ya desaparecida cantante mejicana Chabela Vargas. Y si a alguien no le gusta que introduzca esto en el artículo, le recomiendo ir al Cantar de los Cantares, el más bello libro de amor del universo.
Que tienen de especial los amaneceres?, no sé si habéis observado con calma uno de ellos. Yo lo hago con mucha frecuencia.
Primero aún está oscuro, las farolas todavía están encendidas, hay un silencio profundo y reina una calma increíble, pero…. poco a poco comienza a clarear el día, las farolas se van apagando y comienzan a poquitos los ruidos.
Hay tantas clases de amaneceres, el amanecer de un alumbramiento, el amanecer a una nueva vida, a la adolescencia, al amor…. El más especial de todos, el amanecer a la vida con Dios.
Yo he tenido la bendición de conocer a mi Señor desde, diría que desde siempre. Pero hay mucha gente que camina y camina por senderos equivocados hasta que, por fin! Encuentran el camino verdadero y, en ese instante, podríamos decir que amanece en sus vidas.
No sé en que estadío de tu vida te encuentras, no sé cuáles son tus oscuridades, tus noches sin luna, tus profundos vados, tus tristezas………. Me está viniendo a la mente un versículo de la Biblia: “A ellos amanecerá el sol de justicia….”. Ha amanecido el Señor sobre ti? Sobre mi amanece cada día, cada hora, cada minuto y segundo de mi vida. Si no fuera por Él creo que, simplemente no podría seguir viviendo.
Te invito a que si todavía no ha amanecido el rostro del Señor sobre ti, te acerques a Él con toda confianza, Él promete acercarse luego a ti y, entonces si!!, amanecerá para siempre sobre ti.
Autores: Beatriz Garrido