EL PLAN DE DIOS.
“Un día, un hombre se detuvo ante un inmenso proyecto en construcción. El hombre le preguntó a un trabajador lo que hacía. ‘Llevo ladrillos,’ contestó brevemente. Poco después le hizo la misma pregunta a otro trabajador. ‘Mezclo el mortero,’ dijo gruñendo. Justo entonces un tercer trabajador caminó cerca de él y el hombre desde la acera le preguntó ‘¿Y usted qué está haciendo?’ Con una gran emoción el trabajador miró las paredes que se elevaban en medio de la estructura en construcción y exclamó ‘¡Estoy construyendo una catedral!’
Los tres hombres estaban haciendo lo mismo pero el tercer hombre había tenido una visión muy fuera del alcance de los otros dos. Y habiendo captado esa visión, no se limitaba a decir que llevaba ladrillos o mezclaba el mortero, sino que estaba construyendo una catedral. Él había vislumbrado un propósito glorioso y cada cosa que hacía hora a hora era un paso más para vivir ese propósito, el propósito de Dios, el plan de Dios.
A través de la historia se ha visto una gran diferencia entre lo que Dios planeó y lo que se obtuvo. Dios planeó un mundo de paz y armonía, nosotros lo convertimos en un mundo de guerra y violencia. Él planeó que las personas le amaran a Él y se amaran las unas a las otras, pero nosotros nos convertimos en personas que a menudo lo ignoramos y nos lastimamos los unos a los otros. El problema no está en los planes del Planificador, sino en aquellos que vivirían en Su plan.
Ahí es donde usted y yo entramos. Su papel en el plan de Dios tiene dos facetas: 1) Cómo Dios puede utilizarle a usted y su vida para servir a otros y 2) Cómo puede El utilizar a otros de diversas maneras para servirnos a nosotros. Dios no le enviará un ángel con el “Plan del Día” dándole las respuestas a cualquiera de estas preguntas.
Ni tampoco usted abrirá la Biblia en cualquier capítulo y verso para encontrar qué Dios quiere que usted haga en este momento o lo que usted debe esperar de otros. Pero Dios tiene una forma de hacerle saber lo que usted puede hacer por Él en su diario vivir. En Su Palabra: la Biblia, usted puede encontrar Sus planes, Sus promesas, y las formas en que El ha trabajado en la vida de otros.
Usted será capaz de ver cómo la fidelidad de Dios y el amor a menudo se revelan por medio de las palabras y las acciones de las personas. Ponga juntos lo que usted aprende sobre Dios a través de Su Palabra con las circunstancias en las que vive hoy, y empezará a creer acerca de Sus planes para usted y con usted.
El Plan más grande de nuestro Padre Dios para usted es que Él lo dispuso a usted para ser Su amado hijo para que reciba Su amor, las bendiciones que Él provee, que le sirva a Él en amor, y que viva con El ahora y siempre.
Desgraciadamente, ninguno de nosotros ha seguido el plan de Dios de la manera en que Él pensó. Como Jonás hemos hecho nuestros propios planes para ir en la vida a nuestra propia manera y hacer nuestra propia voluntad. Pero porque hayamos tratado de alterar el plan de Dios no significa que El haya cambiado Su amor por nosotros. El todavía nos ama a pesar de nuestros defectos. Así que Dios designó a alguien para que cambiara nuestras vidas y llevarnos de vuelta a Él… Él designó a Su Hijo Jesús.
Jesucristo, Hijo de Dios, vio Su lugar dentro del plan de Su Padre y quiso que todas las personas se reunieran con el Padre. Y Él estaba dispuesto a hacer Su parte—dispuesto a llegar a ser parte de la raza humana como Dios y como hombre, para tomar el sufrimiento y la vergüenza del pecado, para rescatarnos de nuestro propio mal. Él tomó nuestro lugar en la muerte por Su muerte en la cruz. El ganó la victoria sobre la muerte resucitando de Su tumba. ¡Su muerte era nuestra muerte, Su victoria nuestra victoria! Él llegó a ser el puente por el cual Dios podría venir a nosotros y nosotros podríamos volver a Dios.
No olvide que usted ha sido también parte del plan de Dios en la vida de otros. Han sido muchas las veces que ha tenido oportunidades para solidarizarse con las necesidades de alguna persona. Puede que al estar tan comprometido en formar parte de los planes de Dios para ayudar a otros, haya lastimado a alguien pero recuerde y reconozca que dentro del Gran Plan Maestro de Dios está el perdón. Observe y escuche las necesidades de aquellos que le rodean y medite en las bendiciones y recursos que Dios le ha dado y que pueden ayudar a otras personas. Usted nunca sabe, las ideas y las nuevas oportunidades quizás vengan a la mente como nuevas maneras de servir como parte del plan de Dios.
Nunca olvide que usted es hijo de Dios amado y redimido por Su propio Hijo. Y Él le permite hacer lo que usted hace mejor que nadie más, porque usted ha sido creado y designado por Dios.
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