Hacer todo solo o sola, no es ser independiente sino omnipotente. Porque el independiente se deja cuidar y pone límites. Muchas veces el que se queja de que hace todo solo se pone en víctima para sentirse importante a través de su "dolor". Delegar es otorgar autoridad a otros para que también liberen su potencial.
El límite en nuestros hijos es necesario, porque les da seguridad y libertad. Todas las familias contamos con un semáforo en casa; si la única luz que prendemos es la roja, es decir, todo es no, no se puede, etc; nuestros hijos van a crecer con inseguridad. Si la única luz que prendemos es verde, es decir “hacé lo que quieras, vení cuando quieras”, etc; nuestros hijos van a crecer inseguros. Pero cuando les enseñamos a nuestros hijos que hay cosas que sí están bien y hay cosas que no, entonces ellos crecen con la seguridad, la tranquilidad de que saben cuándo decir sí y cuándo decir no
El poder del ejemplo es muy fuerte, estás con alguien depresivo y te pasa la depresión, estás con alguien alegre y te contagia la alegría. Por eso es importante el ejemplo, todo lo bueno de tu vida va a pasar a tus hijos y a todas tus generaciones.
El quejoso tiene una falla en la responsabilidad. Se queja de todo, porque no responde a lo que le pasa, no actúa, sólo se queja. Por eso es importante ser responsable de todo lo que hacemos.
El orgullo es un enfermedad emocional, también llamada narcisismo. El orgulloso sólo ve las cosas que hace bien y no ve que también hace cosas más o menos y cosas que hace mal. Es la persona que vive marcando los errores de los demás, porque no los puede ver en sí mismo, por eso critica. Bernardo Stamateas