EL TIEMPO QUE VIVIO
Esto era un hombre que vagaba por el mundo viajando y viendo nuevas bellezas. Un día fue a un pueblo, en el había un valle, entró, era un cementerio. Miró una lápida y comprobó que era de un niño de 8 años, el hombre se asusto siguió mirando y era un niño de 5, otro de 6.! El hombre aterrado y desolado se sentó en una piedra y comenzó a llorar pues miró todo el valle y la persona con mayor edad no superaba los 12 años. Llego el cuidador del cementerio y le pregunto: ¿Es por algún familiar?
No señor, vera usted ¿Que maldición es la que hay aquí para que todos los niños mueran? ¿Una plaga? ¿Una enfermedad? El cuidador sonrió y le dijo: Tranquilícese, aquí nunca mueren los niños, verá: Hay una tradición, desde que un chico cumple los 15 años le dan una libretita, se la cuelgan al cuello y cada vez que disfrutan de algo intensamente se apuntan cuanto duró y que fue. El primer beso, el primer amor, una fiesta con sus amigos, actos de ayuda, los cariños a su familia, etc.. Cuando mueren miramos en su libretita y sumamos todos los momentos que apuntó, porque en este pueblo pensamos que el tiempo disfrutado intensamente es el tiempo realmente vivido.
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