El abad AGATÓN dijo a unos hermanos que le preguntaron cuál era la virtud que pide más esfuerzo. Dijo: a mí me parece que la que pide más esfuerzo es rogar a Dios. Si el hombre desea rogar a Dios, los demonios lucharán para interrumpir su oración, ellos saben que nada los hace tanto obstáculo como la plegaria que se levanta hacia el cielo. En efecto, cualquier trabajo que haga el hombre religioso, aunque le pida mucho ardor y constancia, acabará por obtener el reposo. La plegaria, en cambio exige hasta el último respiro, un combate penoso.
Abad HIPERÈQUIOS: Así como es imposible ver la propia cara en el agua turbia, tampoco podemos contemplar a Dios sin ser purificado de los deseos malsanos.
(Desconozco el autor)