Acuerdate!
Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos y lleguen los años en los cuales digas no tengo de ellos contentamiento. Eclesiastés 12-1
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas:
No tengo en ellos contentamiento;
Nací en la provinciade Misiones, Argentina, mis padres trabajaban mucho, preocupados por que nosotras tuviéramos la posibilidad de estudiar y de forjarnos un futuro. Tenían negocio y rara vez teníamos la oportunidad de pasear y conocer lugares de modo que crecí sin conocer mucho la provincia donde vivíamos por eso los recuerdos de mi infancia se limitan a recuerdos preciosos de nuestra vida familiar, los juegos con mi hermana,las noches en la vereda con nuestros padres, contemplando el cielo azul y esperando que pasara el camioncito del heladero, ya que en esa zona hace mucho calor. También recuerdo mi primer maestra, la escuela donde asistía, el negocio de mis padres, las reuniones de la iglesia a la que mi abuela siempre me llevaba, pero no me quedaron recuerdos de mi provincia y siempre estaba en mi corazón el deseo de volver a ver ese lugar donde había nacido y pasado mis primeros años de vida. Cuando tenía ocho años mi padre enfermó y no había allí lugares especializados para atenderlo, así que viajamos a Buenos Aires y allí nos quedamos, crecimos, conoci a quien es hoy mi esposo y luego de unos años de noviazgo nos casamos. Cuando ya teníamos nuestros tres hijos se nos presento la ocasión de viajar hasta mi tierra, y pude realmente conocer el lugar donde nací. Veíamos en cada lugar la mano creadora del Señor, me emocionaba apreciar la grandeza y la majestad del Señor creando tanta hermosura, alabábamos con nuestros hijos al Señor y sentíamos que el recibía la gratitud que nuestro corazón quería expresarle, en esos días de vacaciones aprendí a valorar mucho mas las cosas que Dios nos permite disfrutar , a no dejar que lo que el ha creado para nosotros pase a mi lado sin que yo lo vea, a tomar tiempo para contemplar el cielo cada día aunque este cubierto de nubes y esperar que al otro día me abrace el calor del sol. En esta época vivimos tan apurados y ocupados que casi no tenemos tiempo de mirar el cielo, ni lo que nos rodea, quisiéramos estirar el tiempo para que el día nos alcance, pero no te pierdas la bendición de disfrutar lo que haces y lo que Dios te da, cada día que pasa es irrecuperable, el día de hoy pasara, no volverá jamás, piensa y disfrútalo, recuerda el párrafo de la escritura que leímos al comienzo.
Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malosy lleguen los años enlos cuales digas no tengo de ellos contentamiento. Eclesiastés 12-1
Araceli
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