Podemos transformar el dolor que hemos experimentado en un don para ayudar a otros. Solo el que sufrió hambre sabe lo que eso significa; solo el que fue abandonado sabe lo que eso es. Una vez atravesado el camino del dolor, podemos decirle al otro: "Yo pasé lo que vos hoy estas pasando, ánimo, estoy con vos". Hay un Salmo de David que dice que él lloró y sus lágrimas hicieron un pozo de dolor pero Dios mandó allí su lluvia y se transformó en una fuente para que otros beban... Usá tu dolor del ayer en un don para bendecir a alguien hoy. B. Stamateas