Creo que esta advertencia a la iglesia de Éfeso es para todos los cristianos que viven en estos últimos tiempos. En pocas palabras, el Señor nos está diciendo: "No es suficiente que seas cuidadoso, generoso y un siervo diligente que se lamenta por el pecado y predica la verdad. No es suficiente que defiendas las normas morales y soportes el sufrimiento por mi causa o incluso el ser quemado en la hoguera por la fe. Todo eso es parte de llevar mi cruz."
"Puedes hacer todas estas cosas en mi nombre, pero si tu afecto por mí no aumenta en el proceso de realizarlas, si no soy el gran deleite de tu corazón, entonces has dejado tu primer amor. Si para ti, tu afecto por mí ya no es un asunto de gran preocupación, entonces, tengo algo contra ti."
Considere las palabras de David: ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra." (Salmo 73:25). Estas son palabras fuertes, pero David no está diciendo: "Yo no tengo el amor humano". Más bien, él está diciendo: "No hay nadie a quien yo ame exclusivamente en mi corazón como amo a mi Señor. Yo le deseo por encima de todo los demás."
David también escribió: "Oh Dios... mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas" (63:1). "Como el ciervo [venado] brama por las corrientes de las agua, así mi alma clama por ti, oh Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo" (42:1-2).
David dice: "Tengo profunda sed por el Señor, de la misma forma que un ciervo sediento después de haber sido perseguido. Un ciervo va más allá del punto de agotamiento para encontrar el agua que busca".
Del mismo modo, Jesús les dice a los cristianos de Éfeso: "Tú ya no me buscas como el ciervo busca. Ya no soy el principal objeto de tu deseo. Puedes estar dispuesto a hacer cosas por mí ¡pero ya no estoy en el centro de tu corazón!"
Vuelva hoy a su primer amor. ¡Pídale a Jesús la gracia y la fortaleza para comenzar otra vez a guardar su afecto para Él!