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Tiempo devocional-Hector Spaccarotella: Rescatando al niño interior
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De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 11/04/2013 13:58

Rescatando al niño interior

 

Mi amigo Norberto Brunat que vive en Río Turbio escribió tiempo atrás un mensaje que incluía una reflexión de Enrique Sartore:

“ Hay cosas lindas y hermosas por sentir, pero hay otra más grande que es vivir intensamente esta vida, es una aventura fascinante.

 

¿Pero cuando nos damos cuenta que es así?

 

La incertidumbre no nos deja dar con el objetivo, nos estamos bloqueando, trabajamos durante todo el tiempo por cosas que no son tan importantes, hoy es el momento, el instante de tomar la más grande de nuestras decisiones, no importa en que situación social, económica o de salud nos encontremos. Hoy, aquí y ahora, comencemos a amarnos sinceramente, escuchando lo que nuestro niño interior nos dice.

…Escuchalo, escucha a tu niño de adentro, ¿sabes que esta pidiendo? Amor, mucho amor y comprensión”

Sartore habla del niño interior, del que tantas veces me habrás leído o escuchado. El niño que tenemos adentro, el niño que hemos ido ahogando con el pasar de nuestra vida, pero que esta allí, sigue haciéndonos reclamos, sigue pidiéndonos cosas como las pide un niño:

“¡dale, dale, quiero esto!”

 

Dicen que los locos y los niños dicen siempre la verdad.

Los hombres aprendimos a disfrazarla tiñéndola de otras formas, pero el niño dice siempre la verdad, y adentro tuyo hay un niño que lleva tu nombre, y que esta pidiendo, reclamando, quejándose, grita y hace berrinches como los niños.

Ese niño que lleva tu nombre y que esa adentro tuyo, dice -quiero amor, necesito amor, necesito que me ames, necesito que me entiendas-, que no lo maltratemos con pensamientos negativos hacia uno mismo y hacia los otros. Escuchando esa vocecita, comenzaremos a hacer cosas buenas por uno mismo y por los demás, cosas buenas por tu niño interior y por los otros, trasformando los pensamientos negativos en sentimientos y acciones positivas, va a comenzar a brillar la luz de nuestro trascendental y ultimo objetivo, aquella tarea para la que todos hemos venido a la Tierra.

La primera de las tareas que el Señor nos puso en la lista de cosas que tenemos para hacer en este mundo: ser felices.

…Que no lleguemos al final de nuestra vida, como decía Borges, el famoso escritor, escribiendo como él una poesía que dice “ he cometido el peor de los pecados que puede cometer un hombre, no fui feliz...”

Hagamos lo necesario adentro nuestro para construir ese camino hacia la felicidad, ese probablemente sea el más valioso de los “talentos”, que el Señor puso en nuestras manos en el momento de nacer: ¡hij@ mío se feliz!.

Y cuando lleguemos al final de nuestras vidas, sea cuando sea, cuando estemos frente al Padre, sea como sea, Él nos va a preguntar igual que en la Parábola de los Talentos: ¿qué hiciste con el talento que te dí?, ¿lo escondiste bajo la tierra o lo multiplicaste?, ¿qué hiciste con esa tarea que te di de que seas feliz?

Comencemos a aceptar nuestra identidad, y amar cada una de nuestras virtudes y defectos; ese es el camino hacia la felicidad. Nadie puede hacernos felices, NADIE.

Hay personas que están rodeadas de todo lo que necesitan, hay personas que están rodeadas de muchísimo amor por parte de su espos@, su familia, sus hijos.

Hay personas que han tenido una vida sana y sin embargo no son felices.

Conocí a un hombre hace un mes atrás, en la ciudad de Monte hermoso (en la provincia de Buenos Aires). Yo estaba caminando por la calle principal de esa ciudad, por la calle más comercial,  y me llamó la atención porque a las once y pico de la mañana, en plena actividad comercial de temporada de verano que había un viejito, con la cara toda arrugada, y con las manchas características del cáncer de piel, barriendo la vereda en medio de toda la gente que pasaba en un día que no era de playa en el mes de enero.

Como tenia tiempo, me acerque a charlar con él, y me dijo que tenia 89 años, vivía todavía con su esposa, que lo había acompañado desde siempre. Ya habían cumplido más de 60 años de casados, tenia cerca de 20 locales comerciales en pleno centro de Monte Hermoso.

Cuando le empecé a preguntar sobre su vida me dijo que lo único que había hecho era “trabajar y trabajar”.

Ese hombre estaba llegando al final de su vida, tenia el amor de su esposa que lo acompañó y que lo cuidó, seguramente, durante 60 años; tenía todo el bien material que un hombre puede tener o necesitar para no tener que preocuparse; tenía buenos hijos, profesionales, (me acuerdo que uno de sus hijos era abogado) y ese hombre, a los 89 años encontraba la necesidad de estar barriendo la puerta de su casa para hacer algo, para sentirse útil.

Me pregunté y me pregunto ahora si ese hombre habrá tenido la posibilidad de ser feliz, de construir felicidad. No digo que sea su caso, no digo que sea el tuyo, pero muchas veces necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos, perdonarnos y perdonar a los demás, porque no son como quisiésemos que fueran.

Yo te propongo hoy que trabajemos para sanar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestra alma y nuestro cuerpo, esta es la tarea más importante de nuestra existencia; allí comienza nuestra felicidad y al elegir ser sanos, estaremos contribuyendo a la sanación de toda la humanidad.

 

¿Podes creer que este milagro del Señor realmente puede cumplirse en tu vida y en la mía?

 

Si vos buscas tu sanidad, estas contribuyendo a un cambio radical en la sociedad en la que vivimos. Nuestro niñ@ interior, tal vez quiere despertar y volver a reír y a soñar como lo hacía en otros tiempos. Tu niñ@ interior quiere volver a tener el lugar de protagonismo que vos le habías dado en el pasado.

Ese niño que de pronto jugaba, compartía, sonreía, ese niño que no sabía del dolor, de las heridas, que no se preocupaba por el dinero o si había para comer en la mesa, que día a día gastaba toda su energía hasta quedar dormido profundamente sin pensar en el futuro ya que no conocía esa palabra. Los niños no conocen la palabra futuro ni tampoco conocen la palabra pasado.

Ese niño interior, adentro tuyo, ni podía imaginar a que se refieren las palabras futuro y pasado del que hablan los adultos.

Yo te propongo que vuelvas a buscar a ese niño que está adentro tuyo, que lo vayas a rescatar, porque está allí: un niño que lleva tu nombre.

Andá a buscarlo, anda a arroparlo, a abrazarlo, peinalo, lavale la cara, porque debe estar sucio de estar jugando todo el día; después de que esté listo y en condiciones, tomale la mano, agarralo fuerte como se agarra a un niño, y traelo caminando hasta el presente para que él pueda disfrutar con vos la vida.

Ese niño que vive en vos, que vive en mi, que de pronto se quedó dormido porque se aburrió  de la vida que le dimos, porque sintió que no valía la pena estar despierto, preso de cosas que desconoce, como son las preocupaciones, los problemas laborales, la falta de dinero, las injusticias, el engaño y todo aquello que te cansa y que también a él lo lleno de cansancio; se terminó aburriendo de esperarte para jugar, se terminó aburriendo de cansancio porque lo dejaste de lado, medio o totalmente olvidado… o porque solamente lo recordás cuando te acordás con tu pensamiento de aquellos momentos de tu infancia en que considerás que fuiste felíz, muy felíz.

 

¿Te acordas querid@ amig@, que hubo un día en que fuiste feliz?

 

 ¿te acordas que hubo un día en que podías correr alegre por la plaza, el jardín, el bosque vecino?... ¿Que podías pasarte la tarde jugando a las escondidas con tus amigos?, ¿Que podías meterte en medio del charco de barro sin preocuparte por lo que iba a pasar con la ropa y jugar hasta que tu mamá, tu papá o quién te cuidara te dijera: “dale vení a comer que ya es tarde”?

Ese niño es el que tenes adentro tuyo, ese niño que se te quedó dormido en los brazos de la vida… aburrido de que estés lleno de preocupaciones, lleno de pensamientos que tienen que ver con el futuro o con el pasado, aburrido de que estés angustiado, amargado por las injusticias sociales o por las injusticias de la vida, o de que tengas todo el tiempo en tu mente esa enfermedad del cuerpo o del alma.

Los niños no se enferman, a los niños hay que atarlos en la cama para que hagan reposo cuando tienen fiebre… y apenas les baja la temperatura, quieren salir corriendo.

Ese niño tenés adentro tuyo buscando desesperadamente volver a salir a correr… pero se te quedó dormido en los brazos esperándote.

Yo te propongo que, como dice Sartore, vuelvas a despertar a ese niño.

Él necesita estar despierto y volver a reír, porque si él no ríe tampoco vas a reírte vos; si ese niño que está adentro tuyo y que lleva tu nombre no ríe tampoco vas a poder reír vos. Si él no es feliz nosotros tampoco podemos ser felices.

¡Vamos!

Este es el momento de mirar hacia adentro y verlo. De volver atrás, de mirar a tu niño, de buscarlo. De cerrar los ojos de olvidarte de todo; nada es tan importante como ser felíz y nada es tan importante para ser felíz como ir a buscar a tu niño.

¿Lo ves?

Está ahí esperando que aprendas a vivir este presente que se nos va tan rápido.

Está adentro tuyo esperando que vuelvas a soñar, que algún día grites de felicidad, que sientas que podés bailar al compás de una melodía, sin importarte si es tu música preferida; que vuelvas a cantar a voz en cuello sin importarte que cantes bien o no.

Volvé a decir: “Perdón”, “amor” y otras tantas palabras que endulzan los oídos de ese niño, para alimentarlo con caricias en el alma.

No sos más joven ni sos un anciano por la edad cronológica que tengas, sos tan joven como el niño que vive en vos.

Pero si dejás que siga durmiendo, si dejás que ese sueño sea eterno, entonces si podrás tener la vestimenta y el cuerpo de un adolescente, pero tu espíritu estará envejecido.

Unos días atrás hablaba en mi oficina con un hombre de 70 años lleno de vida y de cosas para hacer, y le decía que conocí ancianos de 80 años o de 90 años y conocí jóvenes de 86, 88 o 90 años. Que conocí ancianos de 15 o 16 años y conocí jóvenes de 15 o 16 años. La clave esta en que le demos el lugar en nuestra vida al niño que llevamos dentro.

Si hoy volvés a reírte por cualquier cosa que te pasa, si hoy llegas a tu casa y te perdés en algo que te alegra, si cuando vas por la calle te da risa el sombrero de alguien que pasa a tu lado y si al salpicarte los pantalones con barro te reís porque sentís que los lunares no te quedan bien, la mitad de la batalla esta ganada, lo despertaste.

Él espera que así seas todos los días, porque ese niño adentro tuyo es el encargado de mostrarte la felicidad en las pequeñas cosas, y eso forma parte del gran misterio de la vida.

 

Pienso en la imagen que tengo de los niños, de mi niño interior, correteando a los perros de la cuadra, no para hacerles daño sino para buscar su cariño; perros que por ahí ya los grandes los miran de lejos, porque están sucios, mugrientos, con el pelo revuelto. Para un niño eso no importa, lo que el niño mira son los ojos del perro.

Pensaba en el niño interior jugando a la pelota o jugando a la guerra de vereda a vereda con los de enfrente, porque cuando yo era pibe daban la serie “Combate” y entonces todos jugábamos a los soldados, pero solo jugábamos.

El niño de adentro que juega a la mancha o a la escondida, que arma para el otoño o para la primavera los barriletes con engrudo, para remontarlos cuando el viento lo permita.

El niño de adentro de uno que mira los tres chiflados o las aventuras del zorro, o que se divierte dibujando pistas con tiza en el suelo para correr con autitos de plástico rellenos con plastilina.

Ese niño interior es el que te está reclamando hoy, es el que se quedó dormido esperando que vayas a jugar con él.

¿lo escuchás?: “dale, vení, vamos a jugar, no te preocupes por esas cosas que te preocupas vos, vamos a divertirnos, vamos a pasarla bien”

 Y cuando vos no le hiciste caso, ese niño de tu interior se quedó dormido, aburrido de la vida que le estas dando; se pudrió de esperarte.

…Si ese niño que lleva tu nombre se durmió adentro tuyo, estás envejeciendo amigo, no por la edad que tengas, no por los años que lleves caminando sobre la Tierra, estás envejeciendo porque te has olvidado de divertirte, de jugar, de sonreír por cosas que parezcan tontas, de reírte de vos mismo cuando te miras en el espejo y te ves con la cara llena de barro, de reírte de vos mismo por haberla pasado bárbaro.

Te hablaba antes de Jorge Luis Borges, quién ha sido un hombre al que no le falto nada económico, que ha tenido muchísima trascendencia en lo literario, uno de los escritores más conocidos en el mundo. Era argentino, tenía una esposa (que aún vive y que se ocupa de difundir sus obras literarias). Fue candidato varias veces al premio Nobel de literatura. Un hombre que tuvo una buena vida, que se ocupó de hacer lo que le gustaba, visto desde afuera.

Borges poco antes de morir, ya ciego, probablemente en su lecho de muerte, escribió una poesía que se llama El Remordimiento:

 

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer: 

no he sidoFeliz.

Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

 

Mis padres me engendraron

 para el juego arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Los defraudé. No fui feliz.

Cumplida no fue su joven voluntad.

Mi mente se aplicó

a las simétricas porfías del arte,

que entreteje naderías.


Me legaron valor. No fui valiente.


No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

 

Podría ser esta tu historia, podrías haber escrito vos esta poesía como la escribió Borges… no se, yo por lo menos me estoy dando el permiso de cuestionarme, me estoy dando la posibilidad de pensar en donde estoy parado con mi vida.

Te puedo asegurar que eso me esta haciendo bien, me esta llenando de fuerza interior, de ganas de hacer cosas y de vivir utopías.

Me estoy dando el permiso de que tengamos un momento para jugar, no podemos jugar a la mancha vos y yo, porque vaya a saber desde donde me estas escuchando o leyendo. No podemos salir a remontar un barrilete, aunque el día da para eso, pero yo te propongo amig@ que nos demos el permiso de despertar a nuestro niño interior y buscar ser felices.

Jesús decía que aquellos que no son como niños, no van a heredar el reino de los cielos.

Cuando Jesús te dice eso, lo hace sabiendo que ese es el más importante de los Talentos que el Señor puso en tus manos al nacer: que pases tu vida siendo como un niño, disfrutando de la vida, jugando a las escondidas y a la mancha, riéndote de que se te manchó el pantalón o se te enganchó la camisa, o de que se te cayó la taza de la mano, riéndote de que las cosas hoy son más complicadas de lo que vos esperabas, o de que tu salud no esta como hubieras querido, riéndote de la vida que vivís.

Eso no es quitarle importancia, eso es aprender a vivirla de otro modo.

¿De qué vale preocuparte?

Decía Jesús que por más que te preocupes no vas a subir ni un centímetro tu estatura, ni vas a agregar un solo pelo a los que ya tenes sobre tu cabeza. Por más que te preocupes hay cosas de la realidad que no vas a cambiar.

Entonces ¿de qué vale seguir reocupándote?

Claro que vos me vas a encontrar por la calle o en mi oficina y me vas a ver como un hombre grande, ocupado en sus negocios, me vas a ver serio manejando en el auto, pero no es porque sea hipócrita, no es porque hable con vos en la radio o escriba algo que no vivo: yo también estoy aprendiendo el camino hacia la felicidad, hacia la paz interior, hacia mi niño interior.

Me acordaba hace un par de días atrás que los momentos de mayor intensidad en mi vínculo con Dios fueron en mi infancia. Tengo un sin número de recuerdos que tienen que ver con mi relación con el Señor, cuando todavía era tan pibe que no tenía construida la mente religiosa del adulto, cuando no me habían llenado la cabeza con un montón de parafernalias religiosas, cuando no me habían enseñado a temerle a Dios porque se enoja.

Ese pibe que yo tenía adentro mio tenía una mejor comunicación con el Señor de la que tengo ahora, era una comunicación desprejuiciada, sin interferencias, llena de autenticidad y transparencia. Yo quiero eso.

Cuando me mires serio por la calle, o con cara de preocupación, no pienses que soy un hipócrita, mirame como un buscador de felicidad, como alguien que quiere ser feliz, que esta buscando esa paz, como alguien que no quiere morir como Borges, arrepintiéndose de su vida…

 

¡No quiero!

 

Te propongo a vos que busques lo mismo.

Hay otro cantautor, menos famoso que Borges, pero también muy conocido en Argentina, que se llama Facundo Cabral, hoy tiene más de 70 años pero sigue cantando. Él escribió una canción cuya  letra tiene que ver con esto que hablamos hoy.

 

“Urgente” de Facundo Cabral

 

Para tí,

que siempre vives la vida a un ritmo vertiginoso,

quiero recordarte que lo más importante que tienes en la vida eres tú

y todos los que te rodean.

Y recuerda que...

“Urgente” es una palabra con la que vivimos día a día,

en nuestra agitada vida,

y a la cual, le hemos perdido ya todo significado de premura y prioridad.

“Urgente” es la manera más pobre de vivir en este mundo,

porque  ¿sabés?

el día que nos vamos, dejamos pendiente las cosas

que verdaderamente fueron urgentes.

“Urgente”, es que hagas un alto en tu ajetreada vida,

y te preguntes: Qué significado tiene todo esto que yo hago?

“Urgente”, es que seas más amigo, más humano, más hermano. .

“Urgente”, es que sepas valorar el tiempo que te pide un niño, una niña.

“Urgente”, es que cada mañana, cuando veas salir el sol,

te impregnes de su calor, y le des gracias al Señor, por tan maravilloso regalo.

“Urgente”, es que mires a tu familia, a tus hijos, a tu esposa

y a todos los que te rodean,

 y valores ese tan maravilloso tesoro.

“Urgente”, es que le digas a las personas que quieres,

hoy, no mañana, ¡cuánto los quieres!.

“Urgente”, es que te sepas hijo de Dios,

y te des cuenta que Él, te ama, y quiere verte sonreír feliz y lleno de vida.

“Urgente”, es que no se te vaya la vida en un soplo

 y que cuando mires atrás,

seas ya un anciano que no puede echar tiempo atrás, que todo lo hizo urgente ...

Un anciano que fue un gran empresario, un gran artista,

un gran profesional, que llenó su agenda de urgencias, citas, proyectos,

pero dentro de todo, lo más importante, se te olvidó VIVIR.

 

Bueno hoy, creo que Norberto Brunat, Sartore, Borges o Facundo Cabral nos dieron algunas pistas.

Ayer una joven que vive con nosotros y que va la iglesia donde yo voy, cuando volvió de una reunión le pregunté -¿cómo te fue?-, me dijo -me fue bien- y me empezó a contar todas las cosas y me hizo una observación, me dijo:

“¿Sabés quién se sentó al lado mio? esa señora que en tres meses que llevo congregándome en tu iglesia nunca me saludó. Y sentó a mi lado hoy y tampoco me saludó”.

Seguramente que esta señora, que no se quién es, está envejeciendo porque no se acuerda de que alguna vez también tuvo 18 años, que también fue adolescente, que también fue niña, y se olvidó de su niño interior, de su adolescente interior, y hoy es una vieja de 30 o de 40 años, porque para ser viejo no hace falta cumplir años en el calendario.

 

Señor gracias por Tu Palabra este día.

Gracias por habernos permitido alimentarnos espiritualmente durante esta jornada.

Señor, gracias porque nos diste el alimento espiritual que necesitábamos, el desayuno espiritual que estábamos buscando.

Gracias Señor porque nos enseñás el camino hacia Vos, que no está en hacer largas caminatas de peregrinación, de 30 o 40 km.

El camino hacia vos no se encuentra hacia afuera, no se encuentra haciendo sacrificios, ni dedicando veinte horas al día a servirte.

El camino hacia Vos se encuentra adentro de uno y, posiblemente, la primera pista sea que podamos rescatar al niño interior; él es el único que es capaz de enseñarnos el camino hacia la felicidad.

Yo quiero pedirte perdón Señor, porque si tengo que revisar mi vida hacia atrás te puedo decir que yo tampoco me di muchas oportunidades de ser feliz… pero quiero serlo Dios mio. Ayudame y mostrame el camino hacia la felicidad.

Señor, Dios mio, te amo con todo mi corazón, ¡Gracias Señor!.

 

HECTOR SPACCAROTELLA   

tiempodevocional@hotmail.com

www.puntospacca.net

 (Se trata de la desgrabación y edición de un mensaje predicado en febrero de 2010)

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 22/06/2013 02:28
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