LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS
Por Teresa Fernández Redondo
"El que me ama, mi palabra guardará..." (Juan 14:23).
Hoy día, gracias a Dios, tenemos acceso a múltiples de formatos en los cuales podemos llevar con nosotros la Palabra de Dios, de manera que los que nos rodean ni siquiera se dan cuenta de que la estamos leyendo. Esto aunque práctico, ayude a nuestra sociedad a no tener más que un recuerdo sobre la llamada "gente del libro". En el texto enunciado en la cabecera, Jesús da por sentado que los que le amamos, guardamos Su Palabra, y como recompensa o bendición, Dios mora o vive en nosotros. La Biblia no es Dios, pero si es Dios hablando, y a través de sus páginas podemos encontrar la norma de fe y conducta que nos guía y nos hace, si la practicamos, personas con altos valores y prácticas que consiguen atraer a otras personas a tener un encuentro verdadero con el Dios que en ella se revela como Redentor y Salvador.
¿POR QUÉ HOY DÍA CUESTA TANTO HACER QUE LA GENTE CREA Y LEA LA BIBLIA? A algunas personas les cuesta leer la Biblia porque dicen, no entenderla, otros anulan o desvirtúan pasajes comprometedores con sus valores o su forma de vida. Los hay también que la leen como controversia esperando encontrarse con aquellos pasajes que se les antojan contradictorios y con fallos científicos o inexplicables para la mente del hombre del siglo XXI. Sin embargo no podemos negar que este libro, que tantas veces se ha intentado, sin éxito, eliminar de la vida humana, continúa trasformando vidas a través de sus páginas, por lo que hasta el día de hoy los hombres no entienden que es lo que maravilla y atrae de ella. También he observado que a los cristianos les gusta mas escuchar los relatos bíblicos por medio de una predicación que tener un encuentro cada día con sus páginas. Cuando he preguntado sobre esto, el argumento que he escuchado es que cuando lo oyen a través de un mensaje predicado por los pastores les gusta, sin embargo cuando la leen no pueden entender y retener todo lo que en sus páginas se cuenta y por consiguiente se desaniman.
Esto me recuerda la siguiente historia: "Cierto día, un joven muy preocupado visitó a un anciano que vivía solitario. El joven dijo: Leo muchos textos de la Palabra de Dios, y quisiera recordarlos todos y guardar esas buenas palabras. Pero no lo consigo. Me olvido pronto de la mayoría de ellos. ¿Tiene sentido seguir leyendo? El anciano le dijo: Toma esta canasta de mimbre y ve a buscar agua de la fuente que está detrás de la choza. El joven se preguntó si el anciano había escuchado su pregunta. Con pocas ganas tomó la muy sucia canasta y fue a la fuente. Cuando volvió, el agua, por supuesto, se había escurrido. Ve una vez más, dijo el anciano, y el joven obedeció. Luego tuvo que ir una tercera, y una cuarta, y hasta una novena vez.
El joven pensó que el viejo estaba probando su obediencia, y que seguramente después le contestaría a su pregunta. ¿Qué ha pasado con el agua? Le preguntó el anciano. Cada vez que llenaba la canasta de agua, esta se deslizaba de inmediato. El anciano le dijo; Mira bien dentro de la canasta y dime que ves. Está limpia, fue la respuesta. Lo mismo ocurre con las palabras del Santo Libro. Cuando las lees y las meditas, no puedes retenerlas todas; sólo pasan por tu mente y piensas que tu esfuerzo es en vano, pero, sin que te des cuenta, forman y aclaran tus pensamientos. De esta manera tu ser interior también se limpia."
¿SIGUE SIENDO IMPORTANTE LA LECTURA DE LA BIBLIA PARA EL MUNDO DE HOY?
El apóstol Pablo aconseja a los creyentes de Colosas: La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Col. 3:16 Un hermano mayor dijo una vez que si a la iglesia de hoy día le quitaran la sonorización (micrófonos, música de todo tipo, etc.) podría continuar adelante sin ningún problema, pero si nos quitaran la Palabra de Dios la iglesia perecería irremisiblemente. Esta declaración que puedo suscribir, me hace pensar que aun siendo verdad, hay algo que todavía no puede este mundo quitarnos, y es la memoria. Nuestro amado Creador nos ha dotado con una memoria, que podemos utilizar para memorizar la Palabra, así cuando vengan días difíciles donde el creyente no tenga una Biblia a mano pueda recurrir a su "disco duro" y poder hablar los textos que el bendito Espíritu Santo nos recuerde para nuestra fortaleza y ayuda. Se ha exhibido hace poco tiempo una película en nuestros cines llamada "El libro de Eli" este libro es la Biblia y el actor principal es Denzel Washington. Cerca de su fin, Elí, el personaje interpretado por Washington, cita el famoso pasaje de 2 Timoteo 4:7: «He peleado la buena batalla, he guardado la fe». Está en la misma línea que Washington. El es una estrella de Hollywood que, aunque no es perfecto, presenta el raro ejemplo de un cristiano que se halla en un lugar de elogios y éxitos excesivos, pero que no ha perdido la cabeza sino que sigue basando su vida en la Biblia y en la dependencia de Dios. En el siglo XVI, Lutero y los reformadores utilizaban el siguiente postulado que caracterizó al pueblo de Dios, y que resumía su doctrina: "Sola Escritura, sola fe, sola gracia" Lo que la Reforma protestante quería decir es que la Biblia (Escrituras) son la única fuente de revelación y conducta para el hombre. Hoy día cuando los valores morales parecen estar siendo dejados a un lado, los cristianos podemos y debemos guiarnos por la Palabra de Dios. Es a través de sus páginas que encontramos la guía y la fortaleza para vivir una vida sencilla, pero a la vez llena de gozo y victoria. ¡Gloria a Dios por su Palabra!
"Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada." ( 1 Pedro 1: 23-25)
DIOS LOS BENDIGA
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