Respira y Vuelve a Comenzar
No sé si te ha pasado que amaneces con gran entusiasmo y te dispones a realizar cada cosa programada de tu agenda que tienes para hacer. Entonces al iniciar, comienza a salirte mal cada cosa que habías planificado hacer. Es en esos momentos precisamente cuando llega el estrés y te sientes abrumado y hasta enojado.
Te recomiendo que cuando eso te suceda, respires profundo, tomes un breve descanso y vuelvas a empezar.
Durante toda la mañana de hoy he tenido intentos fallidos. Cada cosa que me propuse realizar, fallaba. La impresora no quería funcionar, la computadora se congelaba o apagaba. Me paré sobre el estiércol de mi perro, la luz se había ido la noche anterior, etc., etc,
Es fácil desesperarse cuando tantas cosas nos suceden a la vez. Fue entonces cuando decidí hacer una pausa, pensar, respirar profundamente y arrodillarme. ¡Señor! –exclamé. ¿Qué pasa?
Iba a seguir hablando sin parar, como loca. Pero me callé, guardé silencio. Los primeros 5 ó 10 minutos fueron difíciles, pero luego, cuando me percaté, estaba callada ante Su presencia. Lo mejor era, ¡qué había logrado tranquilizarme!
Sentía una brisa serena acariciar mi rostro. Quise quedarme unos minutos más así, callada y tranquila en Su presencia. Luego me levanté y estaba lista para comenzar de nuevo con las tareas que tenía que hacer.
Es necesario que recordemos que a veces es necesario respirar para luego volver a comenzar.
¡Qué tengas un día productivo y excelente!
Autora: Brendaliz Avilés