Página principal  |  Contato  

Correio eletrónico:

Palavra-passe:

Registrar-se agora!

Esqueceu-se da palavra-passe?

Fraternalmente unidos
Feliz Aniversário Aroa !
 
Novidades
  Entre agora
  Painel de mensagens 
  Galeria de imagens 
 Arquivos e documentos 
 Inquéritos e Testes 
  Lista de participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Ferramentas
 
Reflexiones: " REGALO DE INSULTOS."
Escolher outro painel de mensagens
Assunto anterior  Assunto seguinte
Resposta  Mensagem 1 de 1 no assunto 
De: amigable pero  (Mensagem original) Enviado: 29/07/2013 14:52

 

 

REGALO DE INSULTOS

 

Cerca de Tokio vivía un gran samurái, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el Budismo Zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que aun era capaz de derrotar a cualquier adversario.

Cierta tarde, un guerrero, conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para captar los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.

El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Conociendo la reputación del samurái, estaba allí para derrotarlo y aumentar su fama.

Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo acepto el desafió.
Fueron todos hasta la plaza de la ciudad, y el joven comenzó a insultar al viejo maestro. Arrojo algunas piedras en su dirección, le escupió a la cara, grito todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestro. Durante horas hizo todo lo posible por provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiro.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones los alumnos le preguntaron:
Como ha podido usted soportar tanta indignidad? ¿Porque no uso su espada, aun sabiendo que podía perder la lucha, en vez de mostrarse cobarde ante todos nosotros?

Si alguien se acerca a ti con un regalo, y tú no lo aceptas, ¿a quien pertenece el regalo?
Pregunto el samurái.


A quien intento entregarlo, respondió uno de los discípulos.

Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos, dijo el maestro. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

 

 

 



Primeira  Anterior  Sem resposta  Seguinte   Última  

 
©2025 - Gabitos - Todos os direitos reservados