Orar en todo tiempo en el espíritu
"Y recibid el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, el cuál es la
Palabra de Dios; con toda oración y petición orando en todo tiempo en el
espíritu...." Efesios 6:17-18.
"Pero el que se une al Señor, es un sólo espíritu con Él" 1 Cor. 6:17.
En el versículo 18 Pablo declara específicamente que debemos orar en el
espíritu. Este espíritu es nuestro espíritu regenerado, en el cual habita el
Espíritu de Dios. Puede considerarse el espíritu mezclado: nuestro espíritu
mezclado con el Espíritu de Dios. Siempre que estamos en nuestro
espíritu estamos en el Espíritu Santo, porque nuestro espíritu es uno con
el Señor. Por tanto, la exhortación de Pablo en cuanto a orar en el
espíritu implica que debemos orar en el Espíritu de Dios, porque los dos
espíritus están mezclados en nosotros.
Al orar, la principal facultad que debemos emplear es nuestro espíritu. Si
nuestra mente está muy activa o nuestras emociones no están moderadas,
nos será difícil orar. Cuando oramos nuestra mente debe estar en reposo
y nuestras emociones, reguladas, es decir, no deben ser ni muy fervientes
ni muy frías. Conforme a mi experiencia, si mi mente está ocupada en otras
cosas, me distraigo cuando oro. Del mismo modo que si mi parte emotiva
no está moderada me es difícil decir algo desde mi espíritu cuando oro.
Por ello para poder orar desde el espíritu, necesitamos una mente
recalibrada y una parte emotiva equilibrada.