¿CANSANCIO?
¿Conoces ese cansancio que se lleva en los hombros bajo la presión del hogar?
Muchas veces al casarnos imaginamos una vida hermosa, plena, rodeada de comodidades y amor, fantaseamos con ese príncipe que conocimos y del cual nos enamoramos tan locamente hasta el punto de entregarnos por entero y no pensar en nada más que en tenerlo a nuestro lado.
¿Pero qué pasa cuando una mañana al abrir los ojos y verlo a nuestro lado nos damos cuenta que ese amor se quedó arraigado, que la pasión se quedó en el pasado y nos sentimos vacías con la ansiedad prendida en la garganta, y que sólo deseamos salir corriendo de la habitación, o simplemente volcar el presente hacia el pasado y recomenzar desde el punto mismo de partida?
Pasan los años, llegan los hijos, vives tan rápido esa vida que no te das cuenta cuando éstos han crecido trayendo con ello múltiples cosas, o problemas muchas veces.
Quiero contarles una historia, breve, espero no aburrirles:
He conocido a alguien, que se enamoró perdidamente hace muchos años, encontró a su príncipe azul, le amó de tal manera que le siguió los pasos, ella profesional, con un buen trabajo que le redituaba un sueldo bueno, estable, él con grandes satisfacciones en lo que hacía, deportista que pudo llegar a la fama pero que su inseguridad le hizo fallar en ese aspecto, eso sí, ama a su familia de tal manera que cae en el exceso, les conozco perfectamente porque son mis amigos, los amo de igual manera y son casi parte de mi familia.
Ella por cuidar a su familia y por el amor que le tenía al paso del tiempo dejó su trabajo y se fueron a vivir a otra ciudad, su vida transcurrió entre cambios de hogar hasta que se instalaron definitivamente.
Sus hijos han crecido, de diferente manera, las cosas han cambiado entre ellos, ya el amor aún cuando persiste es diferente, ella vive ahora con ese sentir de soledad, de mujer incomprendida y la he visto llorar de impotencia ante su vida, totalmente diferente, siente esas ansias de cambiar, a veces cae en esa angustia y otras tantas en depresiones seguidas de malos humores que le afectan lentamente, estoy a su lado, la comprendo, busco la manera de ayudarla pero solamente tengo un abrazo y mis palabras de aliento.
Es de esas mujeres en el hogar que nunca nadie le dice… “¡Qué rica te quedo la sopa!” …no, tan sólo comentan “¡ah! ¿cocinaste?” ¿Ven lo que les digo? tiene todo en orden, nadie ve las cualidades de ella, eso es lo que hace a una mujer sentirse tan mal que cae en la depresión misma.
¿Saben? Me preocupa cuando me dice que el rostro se le reseca, que siente cansancio en la piel, agua y más agua, para hidratarse, pero siento y pienso, que aparte de la edad, ella lleva ese streés que se le refleja en ese rostro cansado y es una mujer grande y bella, eh?
Su esposo la ama, a su manera, pero ella quiere más, anhela sentir más y qué triste que todo se vaya perdiendo al grado que en momentos le llega el deseo de querer salir corriendo y huir lejos, muy lejos, pero ama a su familia con sus defectos y virtudes, es sólo que es incomprendida en muchos aspectos… sólo eso.
Bien amigas, este tema quise dejárselos porque sé que hay muchas mujeres como ella, como yo, como tú, mujeres que anhelamos esa vida perfecta que no existe pero que nos llega en sueños.
Debemos dar oportunidades, hablar, decir lo que pensamos y deseamos para así salir adelante y tratar de ser felices con lo que tenemos y somos, si no podemos cambiarlos, al menos tratemos de restarle importancia a muchas cosas y encauzar nuestra mirada en otras cosas que nos den satisfacciones para compensar las que nos hacen sufrir.
|