Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua oxidada. Se arrastró hacia ella y bombeó sin parar, pero no pasó nada.
Desilusionado, cayó postrado y notó que a su lado había una vieja botella. La limpió de todo el polvo que tenía y pudo leer un mensaje que decía: ”Primero, usted tiene que regar la bomba con todo el agua que contiene esta botella. Después, tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marcharse”.
El hombre desenroscó la botella y comprobó que estaba llena de agua. De repente se vio en un dilema. Si se la bebía podría sobrevivir, pero si la vertía en la vieja bomba, tal vez obtendría agua fresca… o tal vez la maquina no funcionara y el líquido de la botella se desperdiciaría.
¿Qué debía hacer? ¿Vaciar la botella y esperar a que saliese agua fresca, o bebérsela e ignorar el mensaje que le había dejado un desconocido? ¿Tenía que arriesgarse a perder toda aquella agua confiando en las instrucciones poco fiables dejadas por un desconocido?
Con grandes dudas, el hombre vació todo el líquido en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y ésta empezó a rechinar sin parar…
En ese momento, surgió un hilo de agua, después un chorro y, finalmente comenzó a salir en abundancia agua fresca.
El hombre llenó la botella y bebió ansiosamente. Una vez saciada su sed volvió a rellenarla para el próximo viajero, tomó la pequeña nota y añadió: “créame funciona, pero usted tiene que ofrecer todo el agua antes”.
Tener fe, esperar el milagro ofreciéndonos a Dios, sabiendo que lo que Él ha prometido lo cumplirá.
Saciará nuestra sed si estamos dispuestos a entregarnos confiadamente, sabiendo que todo aquello que pidamos al Padre, si lo hacemos con fe, Él , a su debido tiempo responderá.
A veces tenemos que ofrecer toda nuestra agua para recibir la esperada lluvia de bendición.
Quizá nos parezca excesivo, demasiado agotador, pero nuestra confianza ha de estar en aquel que no nos defrauda, aquel que tiene preparadas cosas grandes y ocultas que desconocemos.
Ofrece hasta la última gota de tu agua, Él se encargará de saciar tu sed.