I. En primer lugar tenemos que dar una definición de la palabra "adorar": viene del latino "adorare": reverenciar y honrar a Dios con el culto religioso, véase Juan 4:19-24.
Él termino Adoración puede ser descrito como un honor dado a un ser superior. La palabra usada en esta referencia en el griego es PROSKUNE: besar a uno, inclinarse ante un ser supremo.
2. La Adoración debe ser distinguida del ministerio.
El ministerio es una acción de Dios por nosotros hacia otros, mientras que la adoración es de nosotros hacia Dios.
3. El ministerio tiene relación con la adoración. Escuchando la Palabra aumenta nuestra capacidad para adorar a Dios. Si asistimos en una asamblea solamente a recibir hemos perdido el punto. Las Escrituras dicen que acciones como actitudes constituyen adoración, véase Romanos 15:15, 16; Filipenses 1:9-11; 4:18.
4. Adoración está dando a Dios el honor que Él merece. Sale de un corazón lleno con gratitud a Dios por Su poder para salvar y por Sus muchas bondades, Salmo 45:1. Véase Ro. 11:33-36; 16:25-27; Gálatas 1:3-5; 1Ti. 1:12-17; 2 Ti. 4:18.
En Su plática con aquella mujer Jesucristo nos dio 3 verdades fundamentales acerca la adoración:
1. Su fuente. ¿Cuál es su origen? Juan 4:23
(1) Las personas llegan a ser adoradores verdaderos de Dios porque Él les busca, véase Lc. 19:10.
(2) El hombre caído, muerto en pecado (Efesios 2:1) no es capaz de buscar a Dios, véase Ro. 3:10-12.
(3) Para aquella razón Jesucristo dijo en Jn. 6:44. El hombre está perdido. Dios es el Buscador. Por eso, la fuente de una adoración verdadera es Dios Sí mismo. Desde el momento del nuevo nacimiento el hombre puede adorar a Dios.
(4) La meta del plan redentor de Dios en el A.T. fue traer a Su pueblo para adorarle.
A. El A.T. revela el carácter de Dios en Sus obras: Su grandeza, Su majestad, Sus maravillas, Su santidad.
B. El A.T. pronuncia bendiciones sobre aquellos quienes adoran y obedecen a Dios, Salmo 112:1.
C. El A.T. pronuncia maldiciones sobre aquellos quienes desobedecieron y no adoran a Dios, Deuteronomio 28:15.20.
D. El A.T. enseña la necesidad para un Sacrificio último para cubrir los pecados de la raza humana, Levítico 17:11.
E. El A.T. enseña que el Mesías, un día, establecerá Su Reino Milenio aquí sobre esta tierra. Todas estas cosas deben producir el deseo de adorar a Dios.
(5) Adoración en el N.T.
A. Cuando el Señor llegó a esta tierra fue adorado, Hebreos 1:6; Lucas 2:8-20; Mateo 2:1, 2, 11.
B. Él recibió adoración de:
-Un enfermo, Mateo 8:2.
-También de un oficial de los judíos, Mateo 9:18.
-Sus discípulos, Mateo 14:33, 28:17.
-Ciego ya sanado, Juan 9:38.
-Un hombre poseído con un espíritu inmundo, Marcos 5:6.
-Las mujeres después de Su resurrección, Mateo 28:9.
El Libro de Apocalipsis termina con unas vistas de adoración que tomará lugar en el Tercer Cielo, 4:10; 5:14; 7:11; 11:15; 19:4.
-Por eso, desde el principio hasta el fin, el N.T. revela el plan redentor de Dios a traer a Él a los que le adoran en espíritu y verdad, Romanos 12:1; Filipenses 3:3; Hebreos 12:28.
(6) III. El objeto de adoración.
En Su plática con aquella mujer extraña Jesucristo reveló dos realidades acerca de Dios que son esenciales a una adoración verdadera:
1. Hay que adorarle como un Espíritu siendo que Dios es invisible, Colosenses 1:15; 1 Timoteo 1:17.
En los días del A.T. Dios se reveló a Sí mismo por Su presencia en fuego, nubes, 2 Crónicas 7:1-3.
El N.T. presenta la última revelación de Dios en Su Hijo, Jesucristo, pero Dios mismo no puede ser visto en Su naturaleza esencial, Jn. 1:18.
Como un Espíritu, Dios es eterno, inmortal, Hechos 17:29; Isaías 46:5.11.
Para adorar a Dios propiamente debemos adorarle como "Espíritu" dándole alabanza y honor por Sus "atributos invisibles", Ro. 1:20.
2. Hay que adorarle como Dios el Padre.
Los judíos pensaron de Dios como "Padre" en el sentido de creación, no en términos de intimidad, Jn. 5:17; 10:30.
Adoración verdadera tiene que mirar a Dios como siendo Uno en esencia con Jesucristo.
La naturaleza de adoración.
Adoración verdadera no solamente mira a Dios como su fuente y objeto, también evita dos extremos peligrosos: herejía y ortodoxia sin vida.
La adoración de los samaritanos fue vital, con vida, pero marcada con ignorancia, la cual siempre guía a la herejía. Ellos aceptaron solamente los primeros cinco Libros del A.T.
Mientras los judíos aceptaron todos de Libros del A.T. han llegado a ser fríos, sin vida espiritual, Mt. 6:1, 2.
Fue "una demostración emocional, de experiencia" y no del corazón. Podemos ver esto entre todos los carismáticos hoy día.
Para adorar a Dios en espíritu hay cuatro requisitos básicos:
-Uno debe ser vivo espiritualmente, 1 Co. 2:14.
-Su corazón tiene que ser enfocado en Dios, Salmo 16:8.
-Su corazón tiene que ser afirmado en Dios, Salmo 86:11, 12; 66:18.
-Su vida tiene que ser controlada por el Espíritu Santo, Filipenses 3:3; Colosenses 3:16, 17.