"Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán" (Isaías 51:11).
¿Te atraen las siguientes palabras: Vida, gozo, preocupación por otros, deleite, confianza, libertad? ¿Te imaginas tener ese tipo de deleite en tu servicio a Cristo? ¿Cómo se puede obtener un gozo tan poderoso?
No vendrá de las obras de justicia. No tenemos el poder de ser justos por nosotros mismos. Podemos hacer todo lo posible, esforzarnos por hacer lo mejor y ofrecer sinceramente a Dios todo lo que tenemos y todo lo que somos, pero seguiría siendo tan sólo trapos de inmundicia.
"Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento " (Isaías 64:6).
La libertad viene a través de la sola justicia de Cristo. Cuando Su justicia se hace nuestra, somos liberados del esfuerzo. Su Espíritu está en nosotros, liberándonos de la ley del pecado y de la culpa y haciendo nuevas todas las cosas.
"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte " (Romanos 8:2).
¡Esa libertad lo es todo! Significa libertad para llevar a cabo las responsabilidades piadosas que Él nos llama a hacer. De pronto, somos capaces de dar testimonio con abandono. Contamos con un denuedo que no lo podríamos producir por nosotros mismos. La gracia fluye a través de nosotros en lugar de que fluya un legalismo mortal y esclavizante.
Sólo hay una forma de caminar en la libertad y el gozo que Cristo ganó para nosotros: Aceptando Su don de justicia. Hacer esto significa abrazar la gracia, no las obras. Esto no significa eludir nuestras responsabilidades, por el contrario, el venir bajo la cobertura de su gracia es la única manera de asumir una verdadera responsabilidad. De otra forma, ¡no podemos lograr absolutamente nada en Su!
"…a libertad fuisteis llamados" (Gálatas 5:13).
Gary Wilkerson