Generosidad cristiana
I. Ejemplos de generosidad
A. Responsabilidad mutua
B. Dar de todo corazón
II. Dar cuenta de las finanzas
A. El equilibrio de la carga
B. Precauciones sabias
III. Las bendiciones de la generosidad
A. Ejemplo a otros
B. La siembra y la cosecha
Introducción
La mayordomía de las posesiones materiales es importante en la relación con Dios. Pablo trató el tema de la mayordomía responsable cuando instruyó a los corintios en el estilo de vida que agrada a Dios. El pasaje en las Escrituras para este estudio tiene que ver con una ofrenda para los cristianos en Jerusalén. Pablo ya la había mencionado en su carta a la iglesia en Corinto (1 Corintios 16:1-4). Podríamos deducir de sus palabras en 2 Corintios que los creyentes no respondían a su enseñanza como él esperaba. Citó la generosidad de otros cristianos para animar a los creyentes en Corinto. Este asunto tan importante le dio al apóstol la oportunidad de insistir en otros principios que debían guiar a los cristianos respecto a las ofrendas. En las instrucciones de Pablo, no hay un tono áspero. El solamente quería que la gente diera porque así lo sentía en su corazón y no por obligación.
Comentario Bíblico
I. Ejemplos de generosidad (2 Corintios 8:1-11)
A. Responsabilidad mutua
Aunque hay muchas iglesias locales, la Iglesia es una, y cada grupo de creyentes tiene responsabilidad con los otros. La analogía de Pablo de las partes que son mutuamente dependientes dentro del cuerpo físico se puede aplicar a la interdependencia de los pequeños grupos de creyentes. Con la proliferación de denominaciones, se puede perder de vista el Cuerpo de Cristo unido por Dios.
Pregunta: ¿Por qué es la entrega al Señor el mejor fundamento para toda clase de ofrenda?
Desde el mismo principio de la Iglesia dentro de Jerusalén existió una preocupación por los creyentes de otros lugares que se demostró en forma evangelística. Cuando Felipe predicó el evangelio en Samaria y vio la maravillosa respuesta a su mensaje, parece que enseguida envió las buenas noticias a Jerusalén. En Hechos 8:14 está la respuesta de la iglesia: "Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allí a Pedro y a Juan." Una situación similar se registra en Hechos 11:19-23 donde la iglesia en Jerusalén envió a Bernabé a ministrar a la iglesia recién formada en Antioquía.
Unos veinte años después del establecimiento de la Iglesia del Señor, las condiciones cambiaron en Jerusalén. Ella había ofrecido valioso respaldo a las obras nuevas que se habían establecido por sus esfuerzos. Esas iglesias se habían establecido y estaban en pleno desarrollo mientras que las condiciones ahora eran malas para los creyentes en Jerusalén. Cuando Pablo escribió 2 Corintios, la iglesia en Jerusalén estaba pasando por tiempos difíciles financieramente y las otras iglesias la estaban ayudando. Las iglesias en Macedonia habían sobresalido en su ayuda. Su generosidad fue especialmente notable porque ellas habían pasado por pruebas también y estaban empobrecidas. Sin embargo, repetidas veces habían dado más de lo que su condición financiera podía soportar.
Pablo no tuvo que rogarles a los de Macedonia para que dieran. Ellos se acercaron pidiéndole "con muchos ruegos", e insistiendo que les permitiera participar en ese ministerio (versículo 4.) El versículo da la clave de la generosidad de esos creyentes. Antes de contribuir dinero a la iglesia en Jerusalén, se habían entregado al Señor. Los macedonios también fueron sumisos a la autoridad de Pablo y sus colaboradores que eran siervos del Señor. Si no existe antes de todo una sumisión amplia y clara al Señor, es dudoso que el ministerio de las ofrendas jamás desempeñe un papel importante en la vida del creyente.
B. Dar de todo corazón
Pregunta: ¿Por qué no quiso Pablo ordenarles a los corintios que ofrendaran?
La generosidad es algo que no se puede forzar. Debe surgir del corazón. Pablo deseaba más que una contribución de una sola vez de parte de la iglesia en Corinto. El ansiaba que la gente desarrollara el "espíritu de dar". Por esta razón tuvo cuidado de no dar mandamientos duros. En el versículo 7 felicitó al pueblo porque abundaba en dones espirituales, en toda solicitud y en amor al apóstol y sus hermanos obreros, pero quería que en ellos "abundara" el ministerio de dar. "No hablo como quien manda", dijo Pablo, y describió la norma establecida por otros esperando que los corintios hicieran otro tanto. La respuesta de ellos a esta norma probaría la sinceridad "del amor vuestro" (versículo 8).
En los versículos 1, 6,7 Pablo se refirió al dar como una obra de gracia. El versículo 9 señala a Jesús como el supremo ejemplo de gracia. El era rico, porque estaba rodeado de los esplendores del cielo, alabado y adorado por las huestes angelicales. Sin embargo, por la humanidad se sometió a la pobreza de la vida en esta tierra. "Las zorras tienen guaridas", le dijo Cristo a uno de sus posibles discípulos, "y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza" (Mateo 8:20). Luego de pasar por muchas pruebas en esta tierra. Jesús murió con un sufrimiento indescriptible. Al pensar en un sacrificio de esta magnitud, sólo se debe hacer el mayor esfuerzo cuando se trata de dar. Hay que estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para obedecerle, no importa cuál sea el costo.
Los versículos 10 y 11 indican que al principio los corintios estaban a la vanguardia en cuanto a sus ofrendas a la iglesia en Jerusalén, pero parece que su entusiasmo menguó. Tenían que terminar con lo que habían empezado. Dios pidió de que dieran sólo de lo "que tengáis". No se fuerza al cristiano a dar lo que no tiene, pero sí debe dar de lo que tiene.
Pablo puso a prueba la sinceridad del amor de los corintios al instarles a ser generosos en sus ofrendas. En algunos casos los cristianos que se destacan en otros aspectos de su servicio a menudo faltan en el dar. Es importante recordar el amor y sacrificio del Señor Jesucristo y reconocer que lo que el creyente tiene no le pertenece. Dios se lo ha dado por un tiempo limitado, y desea que sea buen mayordomo o administrador de los bienes materiales.
II. Dar cuenta de las finanzas (2 Corintios 8:12-24)
A. El equilibrio de la carga
Cuando se trata de dar, lo que importa es una "voluntad dispuesta" (versículo 12). La buena disposición para dar es lo que Dios quiere, no la cantidad que se da. El ofrendar toma en consideración lo que uno tiene para dar. No hay un mejor ejemplo bíblico que el de la viuda que dio todo lo que tenía aunque fuera mucho menos que las cantidades dadas por los ricos. Ante Dios, lo que ella dio fue mucho más que lo que ellos dieron, porque era mayor en proporción a lo que ella poseía (Marcos 12:41-44).
Pablo anticipó que algunos corintios lo criticarían porque se quejarían de que les imponía una carga financiera indebida. El apóstol no tenía intención de que dieran más de lo que estaba a su alcance. Por el contrario, solamente deseaba que dieran la parte que les correspondía. Aunque los corintios no eran ricos, en ese momento tenían suficiente para ayudar a los cristianos en Jerusalén sin hacer un sacrificio indebido. Además, la situación podría cambiar cuando la iglesia en Jerusalén se encontrara en una situación mejor, mientras la de Corinto pasara por aprietos económicos y necesitara su ayuda (versículos 13,14).
Pregunta: ¿De qué manera Ilustra la recogida del maná lo que Pablo quiere enseñar?
En el versículo 15 Pablo usó la ilustración del maná que los israelitas habían recogido cada día. Dios se ocupó de que aunque algunos recogieran más que otros, al final todos tendrían lo que necesitaban (Éxodo 16:17,18). De ahí que en la providencia de Dios, hubo igualdad entre su pueblo.
Puede hacerse hincapié en dos principios aquí. Primero, el concepto de dar según lo que uno tiene es algo que se menciona en muchas solicitudes de fondos de distintos ministerios hoy en día. El uso de los medios de comunicación en grande por parte de algunos individuos para solicitar dinero pasa por alto las necesidades materiales de los que contribuyen. Las promesas de que Dios bendecirá a los que dan con "sacrificio" a menudo es sólo una máscara que esconde la codicia insaciable de los que piden las ofrendas. Esto no quiere decir que el verdadero sacrificio sea un error. Una vez más, se debe recordar que las iglesias en Macedonia dieron con sacrificio, pero sólo después que "a si mismos se dieron primeramente al Señor". Una vez que se habían sometido de esta manera, entonces se dieron a los apóstoles "por la voluntad de Dios" (8:5).
B. Precauciones sabias
Pregunta: ¿Por qué fue necesario que otros ayudaran a Tito en su labor?
Pablo tomó toda precaución posible para no exponerse a la crítica ni a la sospecha en el manejo de las finanzas. Tito había estado como supervisor del proyecto. Sin embargo, estaba muy cerca de Pablo, y los que estaban ansiosos de criticar al apóstol podrían haber sugerido que los dos conspiraban para quedarse con un poco de ese dinero. Debía evitarse todo lo que diera tal impresión. A Tito lo acompañarían dos cristianos que, aunque anónimos, eran bien conocidos en las iglesias y tenidos en alta estima. Además, esos individuos no fueron nombrados por Pablo. Las iglesias los habían elegido para que asistieran en esa labor (versículos 19, 23).
Nada molestaría más a Pablo que una acusación falsa de no tener buena conducta en una labor cuya intención era ayudar a los cristianos necesitados. Aunque sabía que era honrado ante Dios, deseaba estar seguro que lo que hacia también era honrado ante el pueblo (versículos 20, 21).
Los cristianos deben ser muy escrupulosos en el manejo de las finanzas, especialmente cuando se trata del dinero ajeno. Los creyentes pueden irritarse por tener que tomar precauciones para evitar cualquier sospecha, pero vale la pena. El mundo observa la manera como la Iglesia maneja el dinero. Aunque las acusaciones sean infundadas, la causa de Cristo sufre si hay siquiera la más mínima apariencia de mal manejo. Esto requiere que se sigan normas muy estrictas en lo que tiene que ver con las entradas y salidas del dinero de la iglesia.
III. Las bendiciones de la generosidad (2 Corintios 9:1-15)
A. Ejemplo a otros
Pablo dijo que sabía que no era necesario instar a los corintios a dar. Un año antes habían mostrado cuan ansiosos estaban de hacerlo. Pablo había hablado a los de Macedonia con respecto a la generosidad de los corintios. Ellos se habían vuelto un ejemplo para muchos debido a su entusiasmo al compartir con los creyentes necesitados en Jerusalén.
Pregunta: ¿Qué daño podría producir un cambio de actitud en los corintios?
Sin embargo, ahora Pablo se daba cuenta del cambio de actitud de los corintios. Si los macedonios y otros se enteraban de que la iglesia en Corinto no había terminado lo que había empezado, sería vergonzoso para Pablo y los corintios. Por precaución, envió a Tito y a sus ayudantes a Corinto para asegurarse de que la ofrenda estuviera lista cuando llegara el momento de llevarla a Jerusalén.
B. La siembra y la cosecha
En el versículo 6 Pablo da inicio a una enseñanza que incluye ánimo y exhortación. Utilizando un ejemplo de la agricultura, señaló que "el que siembra escasamente, también segará escasamente". Es decir que para tener una cosecha abundante debe sembrarse en abundancia. El mismo principio se aplica al dar dinero. Los generosos van a experimentar las bendiciones abundantes de Dios. El motivo para dar debe surgir de un corazón alegre. Sin esta actitud, el dar se hará de mala gana y hasta con resentimiento. Si uno da por obligación y sin gozo, no agradará a Dios.
En caso de que el cristiano de Corinto se preocupara de que si daba una ofrenda sufriría financieramente, Pablo quitó tales dudas. Les recordó que nunca podrían dar más que Dios. Dios les bendeciría tanto en lo espiritual como en lo material. En el versículo 9 Pablo citó el Salmo 112:9 para reforzar su enseñanza de que el que da con generosidad también disfrutará de lo mejor que Dios tiene. La semilla y el pan mencionados en el versículo 10 parece que se refieren a las finanzas. Dios multiplicaría lo que dieran y ellos segarían una cosecha mayor de lo que pudieran imaginarse.
En los versículos 11-13 Pablo le dijo a los corintios que además de ayudar a los cristianos en Jerusalén, su liberalidad financiera llevaría a los creyentes de otras iglesias a agradecer a Dios por ese ministerio a los hermanos necesitados. La iglesia en Jerusalén, así como otros, ministrarían espiritualmente a los corintios al interceder en oración por ellos (versículo 14). Pablo concluyó al indicar el mayor ejemplo de alguien que había dado con liberalidad, la dádiva de Dios de su propio Hijo a la humanidad (versículo 15).
Pregunta: ¿Qué clases de bendición envía Dios a los cristianos generosos?
No se da con la esperanza de que Dios haga rico al dador. Sin embargo, Dios asegura que responderá a la fidelidad en dar al suplir las necesidades. También se debe recordar que junto con las bendiciones materiales, Dios enriquecerá al dador en lo espiritual cuando da de buena voluntad.
Aplicación
La espiritualidad y generosidad en dar son inseparables. La actitud hacia el dinero es la prueba de la relación con Cristo. La gente esclavizada por las normas del mundo se aferra a las cosas materiales. Esta actitud predomina tanto en el mundo que los cristianos tienen que luchar contra ella a diario. Buscar primero el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33) significa mantener la meta espiritual por delante de la material.
Una de las grandes pruebas en las ofrendas es la buena voluntad de compartir con otros. Si se han recibido bendiciones, se debe ayudar a los que pasan por dificultades financieras. Los que hayan practicado esta clase de generosidad pueden testificar que les da mucho gozo y satisfacción. Jesús ha dado más que ningún otro.
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