REFLEXIÓN VIERNES 6 DE DICIEMBRE DE 2013.
“Y la mujer le contestó: Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: No es cierto. No morirán.” Génesis 3:2-4.
El enemigo de nuestras almas que ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él y es padre de mentira, siempre busca desvirtuar la palabra de Dios y conducirnos a la desobediencia de lo que Dios nos ordena.
Ese enemigo busca en el ser humano la muerte de la pureza, de la felicidad, la muerte física y la muerte eterna. La forma como realiza su horrendo trabajo es por medio del engaño, porque es un verdadero artista de la mentira y por eso nuestro Señor Jesucristo lo identifica como el padre de la mentira.
En el huerto, para adulterar la palabra de Dios, “la serpiente le dijo a la mujer: No es cierto. No morirán.” Génesis 3:4. Hoy vemos como muchas personas están siendo engañadas con el reencauche de la antigua mentira ”No morirán.” que promueve la idea de la reencarnación, o sea, el volver a vivir en nuevas formas una y otra vez, hasta que se logre vivir bien. Por eso hoy escuchamos a algunos decir que en su vida pasada fueron esto, ó que fueron aquello.
Jesucristo nunca habló de reencarnación, El habló de RESURRECCIÓN. Fuimos creados por Dios como personas no como cosas. Somos muy importantes para El, porque nos ama y anhela que seamos parte de su familia. Su único requisito es aceptar a Jesucristo, su amado Hijo, como nuestro SEÑOR y nuestro SALVADOR. Tome esa decisión ahora mismo, hágalo con fe, comience a disfrutar lo que es la vida totalmente entregada a Dios.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Reconozco mi incapacidad de dirigir mi vida. También reconozco que he pecado contra ti. Hoy, Con sinceridad de corazón, me acerco a ti pidiéndote perdón por todos mis pecados. Amado Señor Jesús, Hijo de Dios, creo que tú moriste por mí en la cruz y el Padre, al tercer día, te levantó de entre los muertos. Lava mis pecados y sana todas mis heridas. Te entrego mi vida y abro la puerta de mi corazón para que, por tu misericordia, me transformes. Lávame con tu sangre divina, límpiame completamente y sálvame eternamente.” Amén y Amén.”
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ