Disfruta de la vida, evita la rutina
Rutina, me sabes a óxido que corrompe la belleza de todas las cosas que tienen la vida, y sin embargo, el mundo entero se arrodilla ante ti creyendo que eres la única práctica posible.
¡Despabílate! ¡Salta de la cama de un brinco, enciende la televisión y haz ejercicio o tómate un café mirando las gotas de la lluvia golpear en la ventana…! Dibuja con el dedo una cara feliz en el espejo empañado, llama a tu madre y dile que la amas, corre a jugar con tus hijos, y deja una frase de amor en el refrigerador para tu pareja.
¡Tú puedes desarrollar una nueva vida cada día! Respira profundamente, inhala vida y exhala lo que te estorba, te paraliza y lo que no suma felicidad.
¿Cuántas veces has querido hacer algo diferente, pero te dejas seducir por lo de siempre? Quizás muchas veces. Y cuando la magia se pierde, crees que la responsable es la rutina, un ser con voluntad propia. Sin embargo, amiga, la rutina la construyes tú.
Rutina es un hábito o costumbre, una habilidad aprendida, un hacer sin necesidad de reflexión. Es rutina tomar el auto y salir por la calle, atarte los cordones de los zapatos, o cepillarte los dientes. En ningún momento de esas acciones estás presente realmente, con conciencia de lo que haces. Pero cuando eras niña y por primera vez ibas a hacerle un nudo a tus cordones, toda tu atención estaba ahí, ¿lo recuerdas?
Has atado tantos cordones que ya ni siquiera te detienes a pensar en ello, y eso es la rutina. Para algunas cosas, la automaticidad en la que estamos inmersos es valiosa: nos resta estrés, nos proporciona un mejor fluir en la vida. Sin embargo, en otras situaciones caemos en la trampa de echar por la borda nuestro trabajo o todos nuestros sueños.
No es real, no existe ninguna ley natural que indique o establezca que la rutina es un componente necesario de las relaciones. Vivir como un robot es una elección. Puedes elegir sorprenderte en forma positiva y sorprender en forma positiva a todos los seres que te rodean, sin importar el vínculo o el tiempo que os una.
El amor es una energía de construcción inagotable. En nosotros está el poder de hacerla correr o en cortarla por incapacidad de hacer cosas diferentes.
Evitar la rutina consiste en mirar con nuevos ojos el mismo territorio, en no dejar de soñar nunca, en arriesgarnos en vivir y en lugar de sobrevivir
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