La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración.
Juan Pablo II
El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, es el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos, y ellos por la tuya. Muy raramente los miembros de una familia crecen bajo el mismo techo.
El hombre es un animal no social, sino cordial, y la familia es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana.
La familia siempre debe ser lo más valorado que existe en nuestra vida, y por ello debemos exigirnos para ser mejores personas cada día y formar lazos más fuertes entre todos los miembros de nuestra familia.
La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.
El futuro depende, en gran parte, de la familia, lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz.
Una familia feliz no es sino un paraíso anticipado.
La familia está como el bosque, si usted está fuera de él sólo ve su densidad, si usted está dentro ve que cada árbol tiene su propia posición.
La familia es el castillo del que partimos y nuestro último reducto. Cuando se se quiebra, caemos en la despersonalización más absoluta.
Cuando tienes una familia que te deja que te expreses como eres, es lo mejor que te puede dar la vida.
|