La ciudad de la fe
Tras dos semanas de andar sin rumbo por la selva. Al caer la noche un sediento, hambriento
y agotado explorador, al intentar beber agua de su cantimplora nota que el vital liquido y
todas sus provisiones se habían acabado.
Acto seguido piensa, "es el fin" . Pero en vez de dejarse morir, tomando en cuenta lo que significa el esfuerzo para obtener logros, el hombre decide seguir hasta no poder más.
Casi al desmayar, tras varios kilómetros ve a lo lejos unas tenues luces de lo que parece ser
una ciudad...la esperanza aflora...vislumbra a lo lejos una oportunidad de vida.
Entonces, el hombre saca fuerzas, lucha, y tambaleante; llega a la ciudad y se desploma en medio de la calle. En ese instante alguien lo ve y lo socorre. Le han salvado la vida.
Por lo general, los seres humanos vamos por la vida como el hombre de la historia,
desprovistos, moribundos y a tientas; por escoger el camino equivocado, pero tenga presente,
para usted también hay un faro que alumbra, anímese, esfuércese, sea valiente, usted
puede llegar a la meta.
Muchos han sido capaces de ver la luz de la ciudad de la ¡FE!, y con gran esfuerzo han al
desplomarse por falta de fuerzas. Jesús les ha tendido la mano y los ha levantado, el Señor
premia el esfuerzo. Con usted hará lo mismo.
SI SE SIENTE ABATIDO, ÉL ES SU LUZ, RESPUESTA Y FORTALEZA