DESPUES DE UNA INFIDELIDAD
Todos estamos expuestos a enamorarnos o sentirnos atraídos por una tercera persona. Somos seres humanos y es una realidad que puede ocurrir, lo queramos o no. También es cierto que siempre tenemos un espacio en el que podemos elegir llevar esa “historia” adelante o no hacerlo
ANTE LA TENTACIÓN… Por ejemplo, puede que una persona vaya a clases de francés por las noches, y un día empiece una nueva alumna que le deje cla boca abierta. Una persona increíblemente bella y atractiva. Y además, se muestra claramente interesada por él. Pues bien, si este hombre tiene pareja y es feliz en su relación, deberá preguntarse si recibe todo lo que necesita de su pareja, si le aporta, si le suma. Si la respuesta a todo esto es que sí, lo más aconsejable es que se borre de francés. De lo contrario, está poniendo en peligro su relación de pareja. Si continua, seguramente su deseo crecerá y no podrá impedir que suceda lo que vaya a suceder.
EL “JUEGO” DE DESEAR Y SENTIRSE DESEADO También hay otras personas que inconscientemente buscan esto: atraer, enamorar y enamorarse una y otra vez, desear y sentirse deseados, a pesar de tener pareja estable. Y lo hacen a escondidas, sin ser conscientes del gravísimo daño que le están haciendo a su pareja, y lo que es peor, sin darle a sus “aventuras” la más mínima importancia.
En estos últimos casos, lo que provocan (una vez todo lo ocurrido sale a la luz) es que generan un sesgo muy profundo en la confianza que había hacia ellos. Si el otro decide continuar en esa relación, deberá empezar un trabajo de reconstrucción que no es fácil.
SI YA LO HA HECHO… Dicen que aquél que hace algo una vez, puede que no lo haga más. Y es que todos somos humanos, podemos equivocarnos y aprender del error.
Aquel que hace algo dos veces, es muy probable que lo haga también una tercera, puesto que ya repitió una vez, por algo fue. Aquel que hace algo tres veces, no hay duda, lo continuará haciendo, ya sea porque le gusta, porque lo ve normal, porque lo ve bien o porque tiene algún problema y no lo puede evitar.
Digo esto para que las personas que se sientan identificadas recuerden que los seres humanos no cambiamos con facilidad. Sabéis que para el cambio antes debe haber conciencia, y en esos casos raramente la hay. Si no hay conciencia del problema, no hay problema. Si no hay problema, ¿para qué voy a cambiar?
¿QUÉ HACER? En estos casos, lo mejor es recuperar la autoestima (seguramente con lo ocurrido la tendremos por los suelos) y preguntarnos si realmente queremos continuar con esta persona. Si queremos seguir con él/ella a pesar de lo que hemos descubierto, de lo que hemos sufrido, de lo que hemos vivido. A pesar de las mentiras, de los engaños, de la falta de respeto y la humillación que supone para la mayoría descubrir algo así.
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