Muchos no creen en los milagros ¡me da pena lo que se pierden! Yo particularmente sigo proclamando el poder y las maravillas de Dios a favor de sus hijos, por experiencia propia.

¡Como callar si toda mi vida es un testimonio! Del poder y la misericordia del Señor en mi salud, obrando continuamente y desafiando pésimos diagnósticos.

Hay una clave, un requisito que nos da la seguridad de que si nos limpiamos, maduramos cada día en su Presencia, buscamos su pureza para nuestras vidas ¡Dios hará prodigios entre nosotros! Dentro de su perfecta voluntad.

La mayoría necesitamos o hemos necesitado  un milagro en cualquier área de nuestras vidas, algo que sin la intervención de Dios, sería imposible.

Comienza a levantarte en fe, a limpiar tu corazón de actitudes que no te edifican, y te estancan, a soltar pasado que te daña, te amarga y no te permite avanzar hacia la bendición. Deja que el Señor haga prodigios y maravillas en tu vida, nada está perdido, cree solamente ¡Dios es soberano!

Nos ponemos bajo su cobertura, declaramos que su poder es absoluto y que aún sigue obrando sucesos extraordinarios que son inexplicables para el hombre, entre nosotros.

¡Te invito a creerle a Jesucristo! Pero por sobre todo a disfrutar de su amor y su presencia, de su salvación, que es lo más maravilloso que nos puede pasar.

¡DIOS HARÁ GRANDES COSAS EN TI!