EXPRESA BIEN LA VISIÓN PROPIAMENTE DICHA
Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que primero provoca en los hombres el anhelo de mar vasto e infinito.
— Antoine de Saint Exupèry
Imagina por un momento que estás en la cubierta de un barco dirigiéndote al Caribe, pero todo lo que puedes ver es mar y cielo. Mientras estás allí parado se acerca el capitán del barco, saca una brújula y se mueve para llamar tu atención. Caminas hacia él y miras la aguja. El capitán entonces confirma que tu barco se está dirigiendo en la dirección correcta. En ese momento, ¿te emocionas? Probablemente no. A pesar de que reconfirmas que el capitán sabe cómo dirigir el barco, tu pulso no cambia. Pero si el capitán te muestra un colorido folleto del lugar de destino, tal vez tu respuesta sea diferente. Al ver una foto de la exclusiva playa quizás comiences a sentir la cálida arena entre tus dedos. Das vuelta la página de aventuras en la isla y sientes el refrescante agua cristalina y ves el hermoso arco iris de peces exóticos nadando por el arrecife de corales. Cuando contemplas el folleto tu corazón late más fuerte; hay una respuesta muy intensa. La descripción y fotos del folleto generan anticipación; la brújula no. Piensa en la visión propiamente dicha como tu folleto de viaje que construye anticipación y emoción.
Habiendo establecido los beneficios de desarrollar el marco de visión, ahora nos abocamos a expresar con claridad la visión propiamente dicha. ¿Cómo creas una lengua viva que anticipa e ilustra el futuro? Mientras comenzamos a dar respuesta a este interrogante, ten en mente que, como dice Kenn Ash acerca de la música: «Tu habilidad es proporcional a tu interés». Duke Ellington afirma este concepto de otra manera: «No hay arte sin intención». Estas palabras simples de estos grandes músicos se hacen realidad para los visionarios; son artistas cuya habilidad progresa sobre la base del interés y la intencionalidad.
Este capítulo te ofrece herramientas para mejorar tus capacidades. Pero debes mostrar interés. El capítulo anterior demostró que la visión puede ser un deporte de equipo cada día. No te faltarán oportunidades para practicar tu arte de lanzamiento de visión.
Misión y visión: clarificar la diferencia
Hasta aquí he creado algunos términos nuevos para ti en la categoría de visión. Tomemos un momento para hacer una aclaración. Es la pregunta más común que escucho como consultor de visión. Al abordar el asunto de elaborar la visión, ¿cómo entendemos la diferencia entre misión (mmandato) y visión propiamente dicha? La misión es como la brújula y la visión propiamente dicha como la fotografía reveladora de la aventura. Una da dirección, la otra estímulo.
Una ilustración clásica de las Escrituras se relaciona con el éxodo. En la descripción de la zarza ardiente en Éxodo 3, vemos a Dios dándole una misión a Moisés. Quiere que él sea su líder principal en la liberación de Egipto y peregrinaje hacia la tierra prometida. Moisés, en esencia, recibe una brújula. No menos de catorce veces vemos referencias a este lugar como una «tierra que fluye leche y miel». Es una de las frases más memorables del Antiguo Testamento. Es como una fotografía hermosa y pintoresca, del folleto de viaje, siguiendo con el ejemplo anterior. Echa un vistazo a lo que había a disposición de los israelitas:
Porque el Señor tu Dios te conduce a una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua, con manantiales que fluyen en los valles y en las colinas; tierra de trigo y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de olivares; tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará; tierra donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre. Cuando hayas comido y estés satisfecho, ala- barás al Señor tu Dios por la tierra buena que te habrá dado.
Deuteronomio 8.7–10
Aquí vemos que Dios mismo proveyó una lengua viva que ilustró y anticipó su mejor futuro intermedio para Israel. Dios le dio a Moisés no solo una brújula, sino también un folleto de viaje. En resumidas cuentas, una misión clara nunca crea un sacrificio heroico por sí mismo. Es la visión la que mueve el corazón en un nivel más profundo y conecta tu imaginación con los sueños de Dios.
Tomado de Iglesia Única, Copyright ©2008 por Will Mancini ISBN: 978-0-8297-6075-0). Usado con permiso de Editorial Vida.